En enero pasado Steve Jobs, antes un guru para mi, presentó la iPad. Como siempre, y como todos los productos de Apple, la iPad está fabricada para que la desees en el instante. Tiene un diseño industrial hermoso y simple y te promete horas y horas de entretenimiento.

Al momento de lanzamiento existían cientos de aplicaciones para todo tipo de cosas y las empresas parecen muy interesadas en el nuevo aparato. Esto me pareció extraño y demasiado conveniente.
Como buen geek, me interesé desde el principio y vi la conferencia de Jobs en la MacWorld Expo. Cuando terminó mi primer pensamiento fue: si no puedo correr Photoshop en ella, no me sirve. Pero mis puntos en contra han crecido conforme pasan los días y esta es la lista de las razones por las cuales no compraré una. Nunca.


Es un dispositivo egoísta
La iPad está diseñada para una sola persona la disfrute al mismo tiempo. Los juegos, las películas, los libros y la música que podrías disfrutar, están bloqueados para funcionar únicamente en un sólo aparato. Ya nunca tendrás la experiencia de intercambiar un libro con un amigo. Jamás vas a poder prestar un disco o pedir uno prestado. Ya no te podrás sentar cómodamente a ver una película con tu familia.
La iPad se esfuerza por aislarte del mundo y dar contenido a una persona. ¿No sería mejor comprar una televisión para que todos en casa la pudieran usar?
Es muy cara
En un tiempo de crisis económica, este dispositivo maravilla es demasiado caro. No sólo tienes que desembolsar más de 500 dólares, sino que tienes que comprar todo el contenido que quieras disfrutar en ella. 
No tiene nada de malo comprar contenido. Todos lo hacemos, todo el tiempo. Pero la iPad trae un gasto más a nuestros bolsillos y, por lo que he visto, no hay una sola aplicación que sea realmente útil.
En realidad es un aparato inútil
Está muy bien diseñada. Es un aparato lindo que tiene una interfase muy accesible para cualquier persona. Pero por más que se esfuercen los programadores, no hay ningún programa que sea útil para algo.
En mi mente, una computadora móvil tiene que ser una terminal que te permita hacer todo: trabajar, leer, escuchar música, entrar a internet, ver películas… Es decir, una iPad es una laptop inferior que sirve para distraer y entretener.
Yo ya tengo una laptop, la insuperable Sara Juana, y me sirve muy bien.
Es de código cerrado
Soy fan del open source. Todo lo que esté abierto para que el usuario la mejore es bienvenido.
La iPad está cerrada por todos lados. No puedes cambiarle la batería, no puedes instalar software abierto y tampoco puedes reproducir formatos como Ogg Vorbis o Theora. Yo sé que no son formatos populares, pero yo los uso casi todo el tiempo y millones de usuarios también. 
Si a una computadora (porque la iPad es una) no le puedes instalar lo que te venga en gana, no es una computadora atractiva para mi.
Seguridad urbana y estrés
Estamos en crisis económica y en México y Latinoamérica el crimen está más fuerte que nunca. Tener un dispositivo móvil así de llamativo en la calle es llamar a los criminales a que nos roben.
Un celular es muy cómodo porque cabe en el bolsillo y no llama la atención; puedes escuchar tu música sin que te molesten. Un libro de papel no es tan cómodo, pero nadie te va a asaltar por estar leyendo a Asimov.
La iPad es demasiado grande para caber en un bolsillo y no veo a nadie sensato usándola en el en metro o en el autobús. 
El tener un aparato tan bonito en la bolsa, hace que nos preocupemos por cuidarlo, por ver que no se raye el display y que nadie la toque. Esto, amigos míos, se llama estrés. Creo que lo último que necesitamos es un aparato más por el cual estar tensos.
Siendo un dispositivo de entretenimiento, no puedes usarla en el trabajo. Así que sólo la podrías usar en casa, donde seguramente ya tienes televisión, video juegos, música, libros, cómics y reproductor de DVD o Blue Ray.
Esto le quita de tajo toda la utilidad a la portátil de Apple.
No la necesito
La iPad fue creada usando psicología, mercadotecnia y diseño. Fue inventada para vender más productos que no necesitamos, para que se te antoje tenerla. No es un aparato que necesitemos para la vida cotidiana.
Como acaba de decir el gran Leo Babauta, de Zen Habits, no necesitaba una iPad el año pasado, ni el mes pasado. No la necesito hoy y estoy seguro que no la necesitaré mañana.
Como diseñador, el factor determinante para que me interese en este aparato es si puedo trabajar en él. Y no parece que Adobe CS5 correrá en él  pronto. 
Si tuviera que comprar una computadora más chica, mi decisión estaría mucho más orientada hacia una netbook, donde sí puedo resolver problemas además del entretenimiento.