Estamos rodeados de distractores por todos lados. Siempre que necesitamos cumplir un objetivo de trabajo o de la escuela, tal parece que nuestra mente se resiste a producir y terminar; decide enfocarse en temas mucho más divertidos como la lista del supermercado o lo que dijo Juanita ayer por la mañana.

La falta de concentración tiene muchos puntos adversos: se pierden las cosas, no entregamos un trabajo a tiempo, olvidamos hacer esa llamada importante o se nos pasa la hora de la cita con el dentista. Y quizá la peor consecuencia es que nos toma más tiempo terminar nuestro trabajo o tarea. Cuando volteamos la cara, son las 7:00 PM y se nos fue el día en otras mini acciones que no valen la pena.

Todo mundo está sujeto a estos huecos del día donde la atención vuela por otros mundos y no se posa justo don de la necesitamos.

Y les confieso que en este momento mi concentración está revoloteando entre todos mis proyectos creativos, recuerdos y listas de pendientes.

Así que para acabar con esta evidente falta de concentración les presento mis 5 acciones para enfocarse.

Apaga las distracciones
La vida digital que llevamos nos llena de aparatos que luchan por obtener nuestra atención, como el celular o el reproductor de MP3. Las redes sociales nos toman demasiado tiempo. ¡Y hay gente osada que los combina!

Aquí el consejo es muy simple: si quieres producir y terminar el trabajo, apaga tus gadgets. No hay vuelta de hoja.

Tener el celular encendido mientras intentas trabajar implica estar distraído y estresado porque recibiremos una llamada o mensaje en cualquier momento. Si vas manejando un auto, la distracción puede tener efectos secundarios ligeros… no sé… como la muerte.

Si estás comiendo o en una junta con alguien (no importa quién), es una total descortesía y muy grosero el interrumpir la reunión para responder y platicar con el teléfono.

Al respecto de las redes sociales, pueden ser herramientas de comunicación muy efectivas. Pero seamos honestos. La mayoría de lo que leemos en Twitter y Facebook es «estoy tomando café», o «el cielo está azul». Son mensajes irrelevantes que lo único que hacen es quitarnos tiempo porque pasamos todo el día leyéndolos.

¿Porqué no limitar nuestro tiempo de redes sociales a sólo una hora al día? ¿No serías más productivo si sólo siguieras información de relevancia?

Twitter y Facebook son maravillosos para estar en contacto rápido con nuestros amigos y familia. También puedes organizar eventos enteros. Pero si lo que necesitas es entregar tu trabajo a tiempo, las redes no son efectivas.

Apágalas.

Busca un lugar donde trabajar en silencio
Por más que tu jefe insista en que calentar el asiento por 12 horas es lo mejor para ser productivo, eso no hará que trabajes más o estés más concentrado.

Hay ocasiones en que quedarse en casa y adelantar el trabajo funciona porque no tienes el ruido de la oficina o de la calle. Tampoco llegan a interrumpirte.

En la medida de lo posible trata de negociar el trabajar desde casa. O quizá hacer trabajo en un café te sea más productivo.

Si el salir de la oficina no es opción, entonces pide que te presten la sala de juntas para trabajar a solas un par de horas.

Estoy seguro que estar desconectado de Twitter por dos horas no te impactará en nada.

Organiza tus pendientes
Una fuente grande de tensión es el empezar a trabajar sin rumbo. El saber que tienes que entregar un reporte no es suficiente porque consta de muchas partes pequeñas.

Si te tomas unos minutos de tu mañana para hacer una lista de tareas te va a beneficiar porque le puedes asignar tiempos.

15 minutos para 2 llamadas, 30 minutos para planear una presentación, 1 hora para la junta, etcétera.

Ser organizado con tu lista de acciones te da foco y no necesitas más que una hoja de papel y un lápiz.

Apagar las distracciones y el ordenar tus tareas te harán una persona mucho más productiva.

Duerme y come bien
Yo sé que quedarse despierto hasta altas horas de la noche es cuando uno puede dedicarse a ver la tele o a hablar por teléfono con algún amigo.

Si disfrutas la lectura, también es en la noche cuando uno puede disfrutar más un libro.

Pero a la mañana siguiente tu mente está en muy malas condiciones para ser productiva.  Te distraes muy fácilmente y, de cierta forma, lo único que quieres es que termine el día para regresar a casa a dormir.

Este hecho es una fuente enorme de distracciones porque no te concentras en nada. Como estás desvelado, tu mente comienza a soñar despierta en algunos segundos y pierdes el registro de lo que estás haciendo. También se olvidan las cosas muy fácilmente.

La manera de evitarlo es siendo respetuoso de tus horas de sueño. Si 6 horas son suficientes, programa tus actividades para que puedas dormir 6 horas.

Una condición que también te lleva a que la imaginación vuele es el hambre.

Casi toda la gente que conozco tiene conductas de auto sabotaje: duerme poco, se levanta tarde y sale de casa sin desayunar.  Y al final, lo que decía tu madre es real: desayunar te da energía para el día.

¿Te has dado cuenta que tomas más café o soda cuando no has desayunado? Esto es porque tu cuerpo tiene hambre, pero es un sentimiento tan primitivo que el cerebro lo confunde con sed.

Mi recomendación es que te levantes unos 20 minutos antes para que tengas tiempo de desayunar. Y no es pretexto que 20 minutos no son suficientes. Yo preparo diario desayuno para dos (huevos, frijoles, pan o quesadillas y café) en tan sólo 13 minutos, con reloj en mano.

Así que unas buenas quesadillas o un sandwich, no son imposibles de lograr. Ah, además tu economía se ahorrará mucho dinero en desayunos fuera.

Medita
En el post anterior me referí a la meditación como un proceso mental por el que obtenemos calma y enfoque.

Parece mentira, pero dedicarle 10 minutos diarios a estar tú solo con tu mente, trae muchos beneficios a tu día. Uno de ellos es una mejor concentración.

Para meditar no es necesario acudir a un centro budista o hacer yoga ni nada de eso. Tan sólo con estar sentado en la sala de tu casa, con una taza de té o café y disfrutar ese momento, es suficiente.

La acción de meditar es enfoque por sí misma. Si bebemos un té, hay que estar 100% conscientes de ese momento. ¿A qué sabe el té? ¿Qué sensaciones produce en tu paladar? ¿Está muy caliente? ¿El azúcar afecta su consistencia?

El hacerte estas preguntas sobre una taza de té podría parecer tonto, pero en realidad estás practicando el enfoque. Estás en cuerpo y alma con tu taza de té.

Hacer esto, diariamente, por 10 minutos mejorará tu concentración y te ayudará a estar en calma.

Nota choco budista
Las acciones de concentrarte, ser productivo y meditar, son objeto de estudio dentro del budismo y se asocian con Esfuerzo Correcto, Atención Consciente Correcta y Concentración Correcta. Estos tres elementos forman parte del Camino Óctuple, que plantea los pasos para una vida tranquila.