Las oficinas van en contra del espíritu humano. Son granjas en las que las personas llegan, se sientan, trabajan, comen y se van a casa con la seguridad de que deberían estar en cualquier otro lado. 

Este mundo y sistema de producción se ha enfocado en exprimir gota a gota la vida y el alma de millones de trabajadores y son muy pocos los negocios que realmente cuidan el capital humano.
El resultado de esto es un índice de infelicidad que está a tope, en contraste con cómo se sentía la población del mundo en los años 50. Ahora tenemos más cosas, más comida (de peor calidad, por supuesto), más aparatos y más responsabilidades. Todo es, además, aderezado con la falta de tiempo a la que todos nos enfrentamos.
Como yo lo veo, no hay forma de parar este sistema de producción. Está tan instalado en nuestra cultura que es común escuchar comentarios como «te pagan poco, pero al menos es seguro»; o «agarras ese trabajo y ahí te quedas hasta la jubilación». Perdón, pero esto es espantoso.
Supongo que todos los países del mundo están demasiado clavados en esto, a pesar de que sabemos que es un sistema en crisis y que es insostenible. Los trabajadores están empezando a protestar, pero el monstruo corporativo los jala de regreso al cubículo.
Estamos comenzando a buscar maneras de sentirnos vivos y alegres. Estamos empezando a ser creativos.
Y ese es el punto de este artículo. 
Las corporaciones y la burocracia pregonan que apoyan la creatividad y la libre expresión de sus empleados, pero esto es falso. Falso, mentira, absurdo, no verídico, fantasía. Las empresas lo único que quieren es que produzcas y, cuando estés cansado o enfermo, produzcas aun más.
En mi experiencia personal, luchar contra esto fue duro, pero me dio resultado. Justo por eso lo comparto.
Mi secreto para estar bien en la oficina es ser creativo y crear un sistema personal para sentirse cómodo. 
Nada de malo tiene llegar a un cubículo y trabajar 12 horas. Todos lo hacemos. Lo que yo hice por más de 15 años fue generar acciones que promovieran mi bienestar. 
Se ordenado
El escritorio siempre estaba limpio. Ni un sólo papel. Nada. Mucha gente me preguntaba cómo le hacía y la respuesta era la misma: me conviene ser ordenado. Tener un lugar para cada cosa y tener los menos papeles posibles hacían mi estancia menos abrasiva. 
Lo único personal que estaba en mi escritorio era mi bloc de notas, pluma, un Buddha y la computadora. Todo lo demás estaba en cajones, folders y estantes. 
Ser ordenado te da aire y espacio, calma la tensión y te ayuda a estructurar tu día.
Comparte sólo lo necesario
Las oficinas privadas, y aun más las gubernamentales, son fuentes de chismes, mentiras y puñaladas por la espalda. Esto es natural porque son ecosistemas en los que la gente pasa hasta 14 horas al día, conviviendo con todo mundo, tratando de salir adelante y de pasar encima de quien sea por reafirmar su lugar en el universo.
Yo sé que las filosofías de los grandes líderes apuntan a que siempre hay que estar al pendiente de los colaboradores, pero creo que esto debe tener límites. 
El trabajo es el trabajo. La vida real está afuera. 
Si aprendemos a mantener la línea entre trabajo y vida privada, las cosas serán más simples porque estarás más enfocado y sin involucrarte en nada que no sea producción.
Lo que te hace ser tú, lo que te da tus valores, moral y felicidad, está con tu familia y amigos. Hasta tus mascotas entran en esto. 
Preocúpate más por tus amigos y familia porque son ellos los que siempre estarán a tu lado. 
Disfruta una actividad fuera del trabajo
Lo que a mi me mantuvo cuerdo en mis años oficinistas fueron mis proyectos creativos. Siempre estaba escribiendo, entrenando artes marciales, cocinando, acudiendo a exposiciones o yendo al cine. Casi siempre rodeado de amigos.
¿Tú ya encontrastre lo que te hace ser tú? Quizá disfrutes los videojuegos o el soccer. O tal vez disfrutas la yoga. ¿Qué tal leer? ¿Cuántos buenos libros has leído últimamente?
Todo lo que hagamos fuera de la oficina nos da cimientos para enfrentar la locura de la vida corporativa. 
Apaga la tele comercial para siempre
Este es un consejo que nunca me canso de dar. Llevo aproximadamente 8 años sin ver la televisión y soy muy feliz. 
Ahora leo, escribo, produzco audio, salgo a caminar, voy al cine y me da tiempo de hacer muchas cosas; y por paradójico que suene, incluso veo programas de televisión, pero en DVD.
La televisión comercial y por cable son espantosas. Las considero una extensión del mundo corporativo porque te impulsan a comprar más, te dejan sin pensar y te mantienen quieto y sin crear nada. 
Si te libras de la tele para siempre, tendrás más creatividad y más tiempo para disfrutar lo que te hace ser tú.
Estas medidas son sólo unas cuantas ideas que pueden ayudar. Pero estoy seguro que hay muchísimas más que conoces. ¿Porqué no las compartes en los comentarios?
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Nota choco budista: El ser creativo, ver la vida con otros ojos y hacer algo para promover tu bienestar, pertenecen al Camino Óctuple: Visión Correcta y Acción Correcta.