Al tener conciencia de nuestra propia mente, nos podemos dar cuenta que tenemos una mente llena de deseos, de ira, miedo, confusión. También podemos percatarnos de que tenemos claridad, concentración y muchas cualidades más.

Por medio de la meditación, podemos reconocer nuestros estados mentales sin juicios y sin comentarios, nos podemos mirar por fuera; justo como somos en realidad.

Esto crea un espacio que nos da la libertad de responder a estos estados mentales, simplemente sabiendo que están ahí, y que vienen y se van.

Cuando estamos en una sesión de meditación es posible separa nuestra mente de los sentimientos. Al observarlos desde lejos, todos los sentimientos y los problemas se ven pequeños, justo como son. Esto nos da la entereza para arreglarlos y dejarlos ir.

Es como mirar a través de una ventana y ver qué tal está el clima afuera.

¿Pero qué tal si mejor notamos cómo está el clima por dentro?

En el futuro hablaremos más sobre la meditación y cómo alcanzarla.