Antes de empezar necesito aclarar estos puntos de forma urgente:

  1. Karma no es una fuerza divina que vaya guardando puntos de acciones buenas y acciones malas, para dar después un premio o castigo.
  2. No hay un dios justiciero que esté llevando el marcador de tus acciones.
  3. A pesar de los grandes esfuerzos de las escuelas budistas, la reencarnación es un acto de fe y todo apunta a que no existe, que es sólo una bonita idea de que algo nos espera después de la muerte. Por ende, no acarreamos «karma» de una vida a otra.
  4. Lo que conoces como karma, en realidad se llama vipaka.

Comienzo este post así porque desde hace mucho tiempo tengo la espina clavada de lo mal que está comprendido el karma en nuestra sociedad.

Se piensa que es una especie de colección de puntos buenos o malos y que al final uno recibirá una especie de recompensa o reprimenda.

También se cree que el karma es una especie de aliento divino con el que la justicia del universo siempre cobrará venganza y que hay muchísimas formas de adquirir buen o mal karma.

Y todo esto está muy lejos de la realidad.

Hace unos 3,500 años, aproximadamente, en la región de Nepal e India, había una tradición religiosa llamada shramana. Esta corriente de pensamiento, con base en la observación de la vida y meditando por sesiones extendidas, se percató que en la vida hay una fuerza de acción y otra de reacción.

Con la poca ciencia que existía en ese tiempo, se pudieron hacer afirmaciones como que a cada día le corresponde una noche, para el frío hay calor; y que para la salud hay enfermendad.

Para aquellos monjes mendicantes, el mundo estaba basado en un equilibrio muy fino que podía ser extrapolado hacia los seres humanos.

De esta manera, también establecieron que para una persona malvada siempre hay una persona bien intencionada, para cada lágrima hay una sonrisa y para cada rosa hay una espina (JAJAJA no lo pude evitar, esa canción de Poison me gustaba mucho).

Cuando una persona es maléfica, egoísta y poco honesta; lo más probable es que obtenga el mismo trato de la gente que lo rodea.

Si esto te suena conocido es porque ahora basamos nuestra ciencia en las Leyes del Movimiento de Newton; y la Tercera Ley nos dice que las fuerzas mutuas de acción y reacción entre dos cuerpos son iguales, opuestas y colineales. O sea: a cada acción le corresponde una reacción, directa y opuesta.

Este balance tenía dos partes muy claras: la acción y la reacción. Así que los monjes ascetas las llamaron karma y vipaka.

Y  es justo el punto con todo este post.

En realidad, el karma es la acción y es tan mágica y mística como: lavarte los dientes, cambiar un neumático, encender la computadora, sentarte o abrir los ojos.

En contraste, vipaka es lo que resulta de la acción. Y, de igual forma, es tan mágico como: tener dientes limpios, poder continuar un viaje, trabajar en tu computadora, pararte de una silla o cerrar los ojos.

Los monjes shramana continuaron sus observaciones y con el tiempo, esta corriente se dividió en varias tradiciones; entre ellas el budismo y el janaísmo.

El karma/vipaka no es magia, es sentido común.

Con todo esto, lo que quiero decir es que el karma no es magia. Es tan sólo un juego de observaciones de las fuerzas opuestas del universo que aplican también a nuestro comportamiento.

Si te comportas con dignidad, decoro y ayudas; la gente te va a tratar igual.

Si te comportas como basura, te tratarán como basura.

Es así de simple. Si quieres ser tratado con respeto, tienes que dar respeto.

La idea de portarte bien toda la vida para recibir una recompensa al morir, es totalmente absurda.

Toda la basura mágica que le adjudicaron a karma/vipaka fue añadida siglos después por gente que necesitaba explicar estas ideas a la población que venía del hinduísmo y necesitaba seguir creyendo en seres fantásticos para entender las nuevas ideas budistas de simplicidad.

Y cuando el budismo llegó a América y los hippies lo tomaron como bandera, bueno la cosa se puso peor. Y de ahí heredamos el concepto actual de karma.

Al final de todo, creo que no necesitamos fuerzas divinas o venganza cósmica para vivir nuestra vida de manera tranquila.

Está en nuestras manos tener una experiencia como queremos que sea, aun con las limitantes de la economía o la seguridad.

Y no, el karma no se llama karma. Se llama vipaka. Y no, no es mágico.