Hace cerca de 10 años decidí que la televisión no me gustaba.

Disfrutaba programas como los X-Files o Roswell (sí, muy cursi), pero nunca me agradó estar atado a un horario y pausar la vida por llegar a casa a ver un show.

Y cuando estaba mirando algo venían los largos cortes a comerciales, que usaba para cambiar  y ver los demás canales de cable. Sólo para darme cuenta que también habían más anuncios.  Cuando volteaba la cara, había pasado casi el mismo tiempo viendo programas que anuncios.  Vivía encerrado en el eterno ciclo de trabajar-comprar-dormir y la publicidad colaboraba de forma enorme a ello.

También me di cuenta que ver  las noticias contribuía a un estado constante de tensión y miedo. En la televisión todo es negro, lúgubre y podemos ver que la raza humana está en decadencia. Al otro lado de la ventana hay vida cotidiana y el sol sale a diario.

Mis primeros años productivos los pasé enfrascado en lo que los medios me indicaban hacer y comprar, y dedicaba muy poco tiempo a las cosas que siempre me habían hecho feliz.

Como ejemplo puedo mencionar que entre los 20 a los 30 leí muy pocos libros y prácticamente no produje nada más que lo estrictamente necesario en el trabajo. Desde que saqué la televisión de mi vida leo de 2 a 4 libros al mes y mis proyectos creativos han crecido día con día.  Gran diferencia, ¿no?

Hago constar que no estoy en contra de la tecnología. Las pantallas planas de HD que existen ahora son magníficas para disfrutar películas o juegos. El problema es con la televisión como medio de difusión y control.

Dejar de ver la TV tiene tantas cosas buenas que resultó difícil seleccionar sólo estas 10 razones que comparto aquí.

1. Es una pérdida de tiempo

El televidente promedio puede pasar de 2 a 4 horas del día mirando la pantalla de TV. Piensa en todo lo que podrías hacer con ese tiempo: ejercicio, leer libros, aprender algo, meditar, leer libros, caminar, visitar a tus amigos, leer libros… ¿mencioné que también puedes leer libros?

Recuperar al menos 4 horas de tu vida suena muy bien. Eso reditúa en libertad.

2. El contenido es basura

Me impresiona ver cuántas personas encienden la tele para simplemente navegar por los 600 canales de cable sin encontrar nada bueno qué ver. Esto obedece a una razón muy simple: los programas son basura creada para ocupar tiempo de pantalla y vender publicidad. Piensa en todos los reality shows, programas matutinos, infomerciales y repeticiones de series viejas.

Seguro, hay unos pocos programas y canales culturales que valen la pena, pero no justifican tener una televisión o pagar por cable.

Si realmente disfrutas de algún show, búscalo en BD, DVD o Netflix.

3. Es deprimente

La realidad por la televisión es absolutamente triste porque todo es vil y digno de miedo. Todo está lleno de odio, asesinatos, traiciones y política.

Creo que la vida es mucho más que eso. Existe el aire, la risa,el trabajo, la creatividad, las relaciones personales y las tardes de café.

4. Controla tus hábitos

¿Alguna vez has sentido que sólo tu marca de soda es la mejor y es la única que compras? ¿Te has sentido superior a los demás por el sistema operativo que usas?

¿Has repetido hasta el cansancio alguna muletilla de algún personaje o conductor sólo porque está de moda?

¿Usas X marca de ropa debido a que una super estrella la usa? ¿Te arreglas el cabello porque quieres verte como ella/él?

Felicidades. Tus hábitos han sido controlados por la televisión.

Si dejaras la televisión de lado, de inmediato recuperarías lo que es tuyo: tu personalidad y tus decisiones.

5. Influencia tu opinión

La televisión es un medio muy seductor porque el conocimiento y la realidad las administran pre-digeridas al espectador. Es decir, no tenemos que pensar para recibir el mensaje y tenemos la costumbre aceptar ciegamente lo que los medios dicen.

He visto tantas personas que piensan como López Dóriga (presentador de noticias mexicano), que hasta parece broma.

Entre más ves la televisión, menos libertad tendrás de expresar tu propia opinión y criterio.

6. Te mantiene con miedo y paranoia

Tener a los espectadores con miedo vende muchos espacios comerciales porque existe un público cautivo al que se puede bombardear con publicidad. Es impresionante los trucos que usan las cadenas televisivas para transformar la realidad a un universo en el que todos estamos bajo ataque de manera permanente.

A mayor miedo, más ventas. Así de simple.

Cuando eliminas el hábito de estar pegado a las noticias, el mundo se torna en un lugar más amble.

7. Promueve el sedentarismo

Cuatro horas (o más) al día, sentado sin hacer nada. Es demasiado.

8. Promueve el racismo, clasicismo

En la televisión todos son hermosos, de piel blanca y jamás se despeinan. Los ricos son exitosos. Los pobres, los que son diferentes y las personas de otras culturas son los villanos y los enemigos.

No es una coincidencia que nuestros jóvenes vivan con la presión de estar siempre en los huesos y verse bien de tiempo completo.

Ver la tele sin ojos críticos es peligroso porque convertimos a las personas en objetos. Y cuando esto pasa, es muy fácil odiar.

9. Te mantiene quieto y sin crear

Las personas creativas producen contenido. Las personas de la manada, lo absorben.

Mirar por horas y horas la televisión te mantiene alejado de tus proyectos y metas.

10. Te hace gastar

Cada que pagas una cuenta de cable, estás pagando por recibir anuncios en tu cerebro.

Es decir, ¡estás comprando comerciales! Además de todo, cuando vas al super mercado, compras los objetos que te anunciaron… con tu propio dinero.

¿No es ridículo?

Sé que la publicidad sirve para mover la economía y todos tenemos derecho a anunciar nuestros productos y servicios. Eso está bien.

Pero la televisión se salió de control hace muchos años y creo que es tiempo de poner un alto. Siempre es tiempo.

Equilibrio ante todo

Como en muchas cosas de la vida, ver la televisión no está tan mal siempre y cuando seamos nosotros quienes tienen el control y no al revés.

Creo que buscar un equilibrio sano es más importante donde la televisión ocupe el tercer o cuarto lugar de prioridades.

Pero esa es mi opinión. ¿Tú qué piensas? ¡Compártelo en los comentarios!