Hablando con una chica adolescente, hace varias semanas, noté que el aburrimiento es su peor enemigo. No importa lo que suceda, pasar al menos 10 minutos sin actividad o sin tener la atención fija en algún medio de entretenimiento, resulta ser un castigo peor que la muerte.

Esto me hizo pensar mucho en el valor que, como sociedad, damos al entretenimiento. Crecemos, vamos a la escuela, trabajamos y nos relacionamos motivados con tener tiempo extra para matar el aburrimiento.

Todos esperamos que llegue el fin de semana para no estar aburridos durante dos días.

Ahora, debo aclarar que no tengo nada en contra de la industria del entretenimiento. ¡Al contrario, disfruto mucho de ella! Trabajé en ella por algún tiempo y da de comer a millones de personas en el mundo. Es uno de los engranes más importantes de nuestra civilización. Eso es perfecto.

Por supuesto, el entretenimiento tiene matices oscuros que no tocaré hoy, pero lo que cuestiono es el valor exagerado que le damos y el terror que tenemos al aburrimiento.

¿De verdad es tan malo?

Yo creo que no. Todo lo contrario. ¡Estar aburrido es maravilloso y nos deberíamos sentir afortunados!

Cuando estás en una tarde de sábado sin nada que hacer, sentado en un sofá, viendo pasar el aire y desando estar en otro lado, significa muchas cosas buenas:

  • No tienes hambre
  • No tienes frío
  • Tienes un sofá en el cual sentarte
  • Tienes ropa sobre tu piel
  • Todas tus demás preocupaciones están resueltas de momento
  • Tienes tiempo extra en tu día

Cuando estás en la oficina teniendo una mañana aburrida, significa sólo una cosa: tienes un empleo. Créeme, en estos tiempos eso es algo demasiado bueno.

Si estás en la escuela y la clase está aburrida, implica que tienes acceso a la educación. Eres afortunado entre millones que desearían tener tu oportunidad.

A pesar de  todas estas fortunas, siempre decidimos sufrir porque estamos aburridos, en lugar de ser inteligentes y sentirnos afortunados.

El camino alterno es usar este tiempo y energía en algo que construya nuestras vidas, que ayude a los demás.

La próxima vez que detectes que estás aburrido, valora lo que tienes, agradece y sonríe. De verdad eres muy afortunado.