¿Porqué deberíamos pensar sobre la muerte? Esta es una de las preguntas que surgen cuando comenzamos a estudiar budismo. El Buda no sólo nos hace pensar sobre la muerte y la impermanencia, sino que nos invita a reflexionar en ella continuamente.

Alguna vez, el Buda preguntó a tres alumnos:

-¿Qué tanto reflexionan sobre la muerte? 

-Yo reflexiono sobre ella todos los días.- Respondió el primero.

-No es suficiente-, respondió el Buda y le hizo la pregunta al segundo monje.

-Yo reflexiono sobre la muerte en cada bocado que doy a mis alimentos.

-Mejor,- respondió el Buda. -Pero no es suficiente. ¿Qué tal tú?

Y el tercer monje respondió: 

-Yo reflexiono sobre la muerte en cada inhalación y en cada exhalación.

Y es que eso es lo único que se necesita. En un momento exhalamos y no tenemos la certeza de que volveremos a inhalar en siguiente instante.

Para el budismo la reflexión sobre la muerte es importante porque nos hace ver que todos tendremos el mismo final y que no hay nadie, aun el más poderoso, que se escape. Esto nos pone a todos los humanos en el mismo nivel, haciéndonos iguales.

No importa cuánto dinero tengas, cuántos títulos poseas, cuántos autos tengas o el puesto político del que presumas, la muerte llega lo quieras o no.

Comenzamos a morir desde el momento en que nacemos, pero es un proceso lento que no se da a conocer a menos que pongas mucha atención. Es un asunto de equilibrio, en realidad. Así como todo lo que sube es traído de regreso a la tierra, todo lo que nace tiene que morir.

Pero en nuestra cultura es malo pensar sobre la muerte. Le damos la vuelta, nos reímos… pero todos le tenemos miedo.

Y este miedo es el objeto de estudio del budismo. Aceptar, contemplar y saber que el equilibrio se conservará, aun a pesar de nosotros mismos, es trabajo de una vida.

Para el Buda, meditar sobre la muerte no era una actividad que denotara depresión o negatividad. Todo lo contrario. Él sabía que al aceptar las cosas como son, el miedo a la muerte se va. Con esto logramos disfrutar la vida con todo lo que venga.

Aunque suene extraño, aceptar la muerte como una realidad, aumenta nuestra calidad de vida.

Así que a disfrutar las fiestas, sus colores y sabores.

¡Feliz Día de Muertos!