ecuanimidad

f. Imparcialidad de juicio: la justicia debe distinguirse por su ecuanimidad.
Actitud equilibrada y constante: ecuanimidad de ánimo.

Una actitud de vida de la que muy pocas veces se habla en estos tiempos, es de la ecuanimidad; que es la capacidad ver la vida sin emitir opiniones inclinadas hacia algún lado.

¡Cómo cuesta trabajo no emitir opiniones fuertes sobre las cosas!

Si algo nos gusta, hablamos maravillas y exageramos los hechos. Si algo no nos gusta, hacemos las cosas peores de lo que son para justificar nuestro punto de vista.

Quizá esto suena a algo normal e inofensivo, pero no ser ecuánimes es mucho más costoso de lo que nos imaginamos.

No ser ecuánimes significa abrazar y estrangular nuestras opiniones y sentimientos. Es no dejar ir lo que nos hace sentir seguros. Es tomar nuestra personalidad como bandera, sin apertura para el cambio. Es resultar heridos y ofendidos por ideas distintas a las nuestras. En suma, implica limitar nuestra inteligencia y sabiduría, víctimas de nuestro gordo ego.

Y así comienza el sufrimiento, porque no podemos aceptar otras filosofías o estilos de vida.

Como lo he explicado a algunos, vivir es como ser jugador en un campo de futbol. Estás ahí en la batalla diaria, en la acción, y tu rango visual es sólo de lo que ves frente a ti y posiblemente en la periferia de tus ojos. Tomas decisiones con base en la experiencia directa. El problema es que para ser un buen jugador, necesitas también considerar lo que pasa a los lados, por detrás y en la tribuna. De lo contrario te estás perdiendo de muchos factores que impactarán en tu desempeño. Ser sólo un jugador más en la cancha, es no ser ecuánime.

Sin embargo, cuando dejas de estar en el césped y te subes al dirigible que vuela sobre el estadio, tienes una posición privilegiada porque puedes ver a los dos equipos participantes del juego, al público, a los entrenadores e incluso el estacionamiento.  Es decir, puedes apreciar todos los factores que están pasando al mismo tiempo y que influyen en el goce del partido.

Para ser ecuánimes necesitamos ver las cosas con mente abierta, dejar atrás los juicios y entender que todas las monedas tienen más de dos caras.

No podemos controlar lo que hagan los demás, ni el clima, ni el universo.

¿Qué beneficio tiene ser ecuánime? La liberación.

Es liberador porque dejamos de sufrir por factores externos y nos fomentamos la capacidad de aceptar a las personas y la vida justo como son. Esto reditúa en tranquilidad porque ya no somos pasionales sobre un equipo de soccer, por un estilo de música o un partido político. Simplemente sabemos que existe la diversidad y que así será por siempre.

Puede que algo no nos sea placentero, pero eso no es suficiente como para amargar el día o generar odio.

¿Cómo cultivar ecuanimidad? Estando atentos a nuestro discurso y puntos de vista. Si en algún momento algo nos ofende, entonces hay que revisar el porqué para dejarlo ir. Eso es todo. No es fácil, pero es posible.

Claro, meditar diario por 20 minutos, facilita este aprendizaje.

Y el sentimiento de libertad que viene no se le puede comparar con nada.

Vale la pena intentarlo.

Si tu mente es firme como roca
y ya no tiembla,
en un mundo en el que todo tiembla,
entonces tu mente será tu mejor amiga
y el sufrimiento no vendrá hacia ti.

Poema budista del Therigatha.