Existen cientos de textos que apuntan a que la compasión nos lleva a la felicidad.

Lo dice el Dalai Lama, lo marcan casi todas las religiones del planeta, lo afirman los filósofos desde la antigüedad.

La ciencia nos dice que la compasión:

  • Estimula la producción de serotonina. Es mayor en quien dá, que en el receptor
  • Ayuda a tener buena salud porque las heridas cicatrizan más rápido y provee calma
  • Hace que el cerebro produzca endorfinas
  • Hace que el cuerpo produzca oxitocina, hormona que nos vuelve más amigables. Incrementa la confianza y la generosidad. Fortalece el sistema inmunológico.
  • Nos hace producir DehydroepiandrosteronA (DHEA), hormona esteroide que retarda el envejecimiento
  • Ayuda a eliminar el estrés

Pero independientemente de todo ello, ser compasivo se siente muy, muy bien.

Ser egoísta y maléfico = infelicidad

Ser compasivo = ser feliz

¿Cuál prefieres?