No soy una persona de muchas tradiciones. A parte de las ceremonias budistas recurrentes, las únicas fiestas que me son realmente sagradas son Día de Muertos y Samhain.

Día de Muertos, por que tiene mucho significado budista sobre el apego y la impermanencia.

Y Samhain (pronunciado sauín) porque es la celebración de año nuevo para las filosofías centradas en la naturaleza y en la Madre Tierra. Además siempre me he identificado con las tradiciones celtas-nórdicas. Sí, lo sé. El Señor de los Anillos no me ha dejado nada nuevo.

Estos días donde el año comienza a irse y el clima se vuelve más frío en el hemisferio norte, muchos pueblos piensan más en serio sobre la muerte.

En algún momento de nuestra vida todos la hemos enfrentado. Es parte de nuestra naturaleza, pero tratamos de olvidarla por todos los medios.  Tenemos una extraña relación de amor-odio con ella.

La muerte es un tema muy popular en cualquier charla. La vemos todo el tiempo en los medios de información y nos llena la boca pasar rumores sobre cómo tal persona dejó de existir. Está por todos lados en la cultura humana.

Nos reímos y nos divertimos mucho a sus expensas. Usamos ropa y máscaras para personalizarla en fiestas. Adoramos que sea la protagonista principal en películas, libros, videojuegos y música.

Amamos la muerte en todas sus encarnaciones, siempre y cuando no esté cerca de nosotros o de las personas que amamos. En caso de que nos toque con su helada mano, la muerte se convierte en el enemigo a vencer.

La repudiamos y queremos desterrarla a toda costa. Hemos creado toda una civilización en torno al rechazo categórico de dejar de vivir. Creamos elixires mágicos para ahuyentarla. Gastamos millones en productos que la mantengan fuera de la vista.  Queremos ser inmortales, cuando todo lo que somos es un pedazo de carne que se pudre como cualquier otra.

Pero a la muerte no le importa. Ella (¿o será Él?) sigue su camino y cumple con su trabajo con perfección y a buen tiempo.

El Buda se percató de esto y escribió el spoiler máximo de la película de tu vida. Todas las películas terminarán igual: vas a morir.

Pero lejos de deprimirnos por esta realidad, saber que la vida termina es la mejor forma que tenemos para entender lo mucho que vale. Justo porque no dura para siempre, se convierte en la joya más preciosa.

Estamos en este planeta tan sólo una fracción de segundo en el calendario cósmico. ¿Vale la pena estar tristes todo el tiempo? ¿Es sabio buscar pelear con todo mundo?

Es un hecho que estamos apegados a la vida. Como seres vivos no podríamos ser distintos. Protegemos nuestra propia existencia y buscamos continuar respirando por el mayor tiempo posible.  Entonces, ¿por qué razón no buscamos ser felices?

Soy un convencido de que la inmortalidad ya la hemos encontrado. Es cuestión de entender que nunca se ha tratado de mantener con vida el tejido orgánico.

La inmortalidad se alcanza dejando este planeta como un mejor lugar para todos, haciendo que todos crezcan y destruyendo las separaciones.

¿Cómo piensas dejar este mundo al morir? ¿Será un mejor planeta?

Feliz Día de Muertos.