Yo comencé a morir cuando me di la espalda
y traicioné mi esencia,
cuando abracé mis opiniones inmutables
como si fueran mi propia espina dorsal;
cuando, presa de mi ego,
acepté la ilusión de que el universo
estaba aquí para ser mi esclavo.

Aplasté mi corazón
con la pesada bota del dogma
y cerré mi garganta
con un puño que nadie podía ver.

Comencé a morir
cuando olvidé mantener la ventana abierta
a la mariposa de la razón,
siempre volando elusiva,
atraída por el foco de la realidad.

Poema zen del libro Secretos Sin Tiempo, de Chocobuda, a ser publicado en diciembre de 2014 por Literalia Editores.