México está pasando por tiempos difíciles. Desgraciadamente el odio parece ser un artículo de primera necesidad porque corre en todos sentidos. La desesperanza se puede sentir en el aire (pronto escribiré al respecto).

En esta locura polarizada por bandos, crimen y política, la compasión y la generosidad son víctimas innegables. Nos cuesta mucho trabajo dejar de enfocarnos en lo malo y la vida se nos va cuando reemplazamos la razón por el odio.

Sin embargo también hay historias de esfuerzos que vale la pena sacar a la luz. Detrás de todo lo que sucede están las personas que renuncian a la preocupación y toman acciones directas para cambiar las cosas.

Mientras muchos pasan sus días propagando la ira, el miedo y buscando venganza, Bárbara Guerra, amiga, alumna y ciudadana, rompió la apatía y decidió el camino de la compasión.

Dar a conocer su proyecto aquí en Chocobuda sirve como muestra de que sí se puede actuar sin violencia y con generosidad, cuando nos enfocamos a nuestra área de acción.

Hoy presentamos esta entrevista para conocer más sobre los esfuerzos de Bárbara y para que nos unamos a su proyecto.

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Cuéntanos un poco sobre ti.
Me llamo Bárbara Guerra, tengo 30 años recién cumpliditos y vivo en la Ciudad de México. Soy Ing. en Sistemas y trabajo en horario godín: de Lunes a Viernes. Juego tocho bandera en un equipo mixto y me gustan mucho los felinos (por cierto si les gustan, busquen la fundación Black Jaguar White Tiger, también es de un chico mexicano). Usualmente digo que nunca tengo mucha vida social, pero rara vez estoy en mi casa jajá.

¿Cómo se llama tu proyecto?
Se llama Año Nuevo DF 2015, me pareció adecuado para definir cuándo y dónde.

¿Qué te inspiró a comenzar?
Cada año pienso en la emoción que me daría salir a entregar juguetes en navidad a los niños y comida a gente de bajos recursos en comunidades lejanas, lo cierto es que en ninguno hice nada. Este año pensé que no hay porqué comenzar a nivel macro y dejarlo en intentos, así que he decidido salir simplemente a mi ciudad.

Pensé en ir yo sola porque realmente estoy convencidda de hacerlo pero no caería mal una ayuda extra por lo que comencé a «pasar la voz» para conseguir voluntarios para entregar las cosas, armar paquetes o simplemente donar. Este año estuve haciendo sin querer queriendo obras pequeñas de caridad en el metro, regalaba mi comida, mi botella de agua, cedía asientos y me quedaba una emoción bastante agradable, los actos de caridad no es para presumirlos pero pensé en tomar un paso más esta vez y claro que va a funcionar.

¿Has participado en otros esfuerzos de este tipo?
Liderados por mi, no. Pero sí desde mi juventud (bueno todavía soy joven, pero antes más joven) he participado en servicios sociales en mi escuela, en la universidad y en el trabajo en diferentes lugares como Morelos, Michoacán, Atlacomulco y dentro del mismo D.F. desde pintar escuelas, recorrer casas para ayudar a las familias, cursos para pequeñitos y todo lo que se pusiera en el paso.

Es muy gratificante para mi hacerlo. Pienso que quizá ese tiempo lo pude haber pasado tomando una siesta o metida en el tráfico para ir a comprar algo que ni necesitaba, así que el balance es muy bueno, me abre la mente, me saca de mi zona de confort y siempre, siempre, siempre me ha hecho reafirmar y darme cuenta que mi situación es fabulosa y no debería quejarme por nada.

¿Cuáles serán tus acciones?
De aquí a que llegue la fecha, recoletar y recolectar todo lo recolectable: manos, vehículos, donadores, mensajeros que pasen la voz.

El plan es salir en año nuevo. ¿Porqué elegí año nuevo? Honestamente me iba a ser complicado salir en Navidad por compromisos familiares pero nunca es tarde. Además como un monje budista sugirió, meditar al iniciar el año a modo de empezar de manera adecuada y con la mente clara. Luego analicé que la gente en la calle no tiene tiempo de meditaciones y enseñanzas tan directas pero sí necesitan amor traducido en algo de comer, en una sonrisa o en una cobija para taparse el frío.

Entonces, ¿qué mejor manera de comenzar el año siendo generoso también? En vez de hacerme feliz a mi solamente cenando en un lugar rico puedo compartirlo con los demás, aunque sea un jugo o una galleta. Algunos nos llamarán cursis y señoritas de concurso queriendo paz mundial pero siempre habrá alguien que te haga eco y con uno solo basta, entonces el 2 de Enero les mostraré que sí se pudo.

¿Cómo podemos ayudar?
Está la fan page en Facebook en el siguiente link: https://www.facebook.com/Voluntarios.Ano.Nuevo Mi twitter es @barb_inside y en cualquier red social pueden comenzar utilizando el hashtag #AñoNuevoDF.

Pueden dejarme mensaje en cualquiera de estos medios ya sea en una publicación o algún mensaje privado (bueno, en Twitter primero salúdenme para seguirlos y poder conversar).

Recién he recibido comentarios acerca de las fechas y si es posible juntar tanta gente podemos armar contingentes desde el 30 de Diciembre y hasta el 1 de Enero. No importa, lo relevante es que salgamos. Recibimos cualquier tipo de bebida embotellada, enlatada o tetrapack para su facil entrega, paquetes cerrados de comida (por ejemplo galletas o botanas), ropa y calzado en buen estado de cualquier género y edad y, si tienen, juguetitos para los pequeños, cobijas, frazadas.

En fin, todo lo que le pueda servir a alguien: una bolsa del mandado para guardar las cosas, una gorra para el sol, una sombrilla. Piensen en lo que ustedes usan en su día a día en cualquier momento del año. Se aceptan también voluntarios que donen su tiempo para ir a entregar. Si no desean nada de lo anterior donen clicks y copy-paste para correr la voz. Empezó como mi plan individual asi que todo lo que se una después es una gran ventaja.

¿Algún consejo para alguien que quiera empezar a ayudar?
Todo se empieza con el primer pasititito, les enlisto algunas sugerencias del manual básico de generosidad:

  • Cedan los asientos a las personas mayores y mujeres embarazadas.
  • Si no quieren cederlo, al menos ayuden cargando las mochilas de los que van de pie (muchas señoras mayores me han ayudado a llevar mi mochila en su asiento).
  • Carguen en su mochila/bolsa/auto alguna prenda que ya no usen y dónenla al chico de la esquina que limpia los vidrios o a la señora mayor que pase por ahí. Aplica también cargar alguna fruta o alimento de más, créanme siempre hay alguien pidiendo alguna caridad. Regálenlo incluso si no se las piden.
  • Digan ‘gracias’ al chofer del camión (aunque haya manejado como alma del infierno), gracias al que les detuvo la puerta, gracias al señor de la tiendita y gracias al que te dejó pasar antes.
  • Procuremos portarnos coherentes. De nada le sirve a la señora que fue a misa toda su intención si saliendo va a comenzar a criticar a la gente o a ‘mentar la madre’
  • Intenten dejar su aparato tecnológico de lado cuando haya al menos una persona frente a ustedes. Recién vi un chico en una sala de espera escribiendo en su celular quien no se dio cuenta de una chica embarazada que estaba de pie. Obviamente le cedimos el asiento varias veces pero no quiso sentarse. 20 minutos después el chico le dijo: «no te ví, ¿quieres sentarte?». Sí, es un acto bondadoso pero ese aparatito lo hizo perder la noción de lo que ocurrió alrededor por 20 minutos. Si tienen a su mamá o a su novia o a su amigo enfrente, sean educados y dedíquenle tiempo. El celular nos aleja (quizá sea mi siguiente campaña jaja).
  • Si se caen, se levantan para seguir ayudando al de enfrente y olvidar por un momento su ‘terriblísima’ situación.
  • Hagan lo que quieran hacer pero de corazón. Las grandes campañas y obras de generosidad al por mayor vendrán por consecuencia y a todo lo que hagan, agréguenle una sonrisita. =D

¿Algún comentario final?
Gracias por leerme y únanse.

Cambiar la situación y la vida de la gente no requiere gobiernos ni alineaciones políticas. Se necesita abrir el corazón y actuar para los demás. Ese es el camino. Siempre lo ha sido.

¿Tienes algún proyecto como este? Contáctame, me gustaría mucho saber de ti.