Sin importar en qué trabajemos o qué estudiemos, siempre nos topamos problemas que necesitamos resolver. Hay ocasiones en que las cosas tienen solución fácil e intuitiva, pero en muchas otras vemos necesario recurrir a la creatividad, especialmente si el reto es algo con lo que no habíamos lidiado antes.

Menciono esto porque muchas personas creen que alguien creativo es quien trabaja como artista, diseñador o se dedica a la publicidad. No hay nada más lejos de la verdad que eso.

Una persona creativa es quien decide tomar los retos con mente fresca y se atreve a salir de su área de comodidad para proponer soluciones nuevas.

Esto es bien sabio por directores de empresas en todo el mundo, como Virgin o Google, en donde se premia a los empleados que proponen ideas para mejorar la producción o las condiciones de trabajo de sus compañeros.

A nivel personal todo el tiempo estamos proponiendo ideas creativas para nosotros mismos. Hay quien piensa en una nueva forma de afeitarse, quien inventa un nuevo sistema para pintar las paredes o quien mejora la receta de la abuela.

Si todos somos creativos la mayor parte del tiempo, ¿entonces porqué nos congelamos cuando se nos pide que lo seamos? ¿Por qué pensamos que sólo los artistas pueden ser creativos? Porque nunca pensamos que la creatividad se usa para todos los campos de nuestra vida, y no damos crédito a nuestra propia inventiva porque comparamos nuestros resultados con los de los profesionales.

A nuestro alcance, todos somos creativos. Y aunque lo neguemos, todos disfrutamos resolver problemas. Está en nuestro código genético.

Hay ocasiones en que la creatividad fluye de manera natural e inesperada. Otras veces hay que empujar un poco para que las ideas lleguen.

A lo largo de mi vida creativa (es decir, toda ella), he puesto en práctica estas 10 acciones que promueven el flujo de ideas y que me ponen en buena actitud para resolver problemas. Espero te funcionen también.

1. Practica Mindfulness

Esta es la práctica base para mantener la mente fresca y libre de las ataduras que son las opiniones. He encontrado que entre más arraigada es una opinión, menos libres somos para crear. Los clásicos argumentos de «es que es mi estilo» o «yo siempre he sido así», generan más problemas que soluciones. El mindfulness termina con ellos y nos pone en buen camino para que las ideas fluyan.

 

2. Escucha música distinta

Estar abiertos a todo tipo de música y disfrutar todo tipo de géneros del mundo es por demás enriquecedor. Promueve la cultura y nos mantiene la mente abierta para aceptar todo tipo de ideas.

 

3. Lee

Ya sé que todo mundo quiere que leas. Yo también. Leer novela y cuento hace que la imaginación vuele y se ejercite. Esto resulta en más y mejores ideas.

 

4. Cuida tu alimentación

Nunca podré decir suficiente sobre nutrición. Si alimento es de buena calidad, tus ideas serán más fluidas y cada vez mejores. Enfocarte te será mucho más fácil, haciéndote mucho más fácil encontrar soluciones.

 

5. Practica gratitud

Un problema clásico de las personas creativas es que cuando resolvemos algo de buena forma, el ego nos convierte en un pavo real enorme que va presumiendo el plumaje, buscando reconocimiento. Es importante cancelar esto porque nos hace perder humildad y nos cierra ante el hecho de que una buena idea no significa un camino creativo para siempre. Al practicar gratitud estamos reconociendo que somos un engrane más de un sistema más complejo de lo que imaginamos. Esto nos regresa a la tierra para seguir trabajando.

Estas acciones me han sido siempre útiles. ¿Tienes otra fuente de creatividad que quieras compartir?

Si necesitas saber cómo usar mindfulness para tu vida creativa, te invito a Omoi, el taller de mindfulness para personas creativas.