En temporada de Ango los maestros budistas aprovechan para lanzar preguntas difíciles a los alumnos.

Nunca hay que responder de inmediato, por más que el simio interno lo pida. Debemos tomar nuestro tiempo, pensar en soledad para poner en orden nuestras ideas.

Por lo general las preguntas vienen en forma de koans o acertijos, pero esta vez mi maestro lanzó la pregunta directa: ¿Porqué practicas zazen?

Luego de unos días respondí y pensé que podría compartir mis razones con ustedes.

Practico zazen porque es aburrido, porque no sirve para nada y porque es difícil. Jugar videojuegos, ver películas mientras como basura o leer cómics es más divertido.

Practico zazen porque me obligo a pasar por encima de mi propio ego y observo mis pensamientos pasar. Identifico así la cantidad de chatarra que mi mente produce y dejo ir todo. Así miro de lejos mis apegos, aversiones y todo lo que hago para sabotearme. Puedo ver mi humanidad completa y sin cortes.

Cada mañana me siento a practicar porque sólo así puedo llegar al silencio, a unirme a todo lo que me rodea y a experimentar el espacio inconmesurable que existe dentro de mi, dentro de todo.

Sólo sentándome en media flor de loto he podido experimentar la magnitud del tiempo y la comunión perfecta que hay entre todos los seres vivos de todos los universos. He sentido hasta la médula nuestra insignificancia, pero a la vez la importancia que todos tenemos.

Cuando observo mi pensamiento me vuelvo muy pequeño y me hago a un lado para que la vida continue sin mi influencia. Me convierto en espectador de lo que hay.

Sólo bajo el dharmadhatu-mudra abro mis ojos a la luz dorada que lo unifica todo en una masa coherente de existencia donde nada sobra y nada falta.

Shikantaza es perfección, es silencio, es arte.

Soy una persona vulgar y común, pero en zazen me uno a la elegancia del infinito, aunque sea por unos segundos.

Practicar zazen no deja nada, no me hace esperar nada y me pone en claro lo tonto e inútil que soy.
Pero a la vez, sentarme en zazen me da la paz que absolutamente nada más me da.

Practicar shikantaza es rendir homenaje al Buda, a Ryokan, a Nishijima Roshi, a O’Sensei, a Bodhidharma, a Nishio Sensei, a Dogen Zenji y a todos los bodhisattvas que han practicado a lo largo de la historia.

Me siento en zazen porque no es nada en especial. Justo como yo.

Poema del Zazen, por Sawaki Kodo Roshi

Haciendo zazen tranquilamente en el dojo,
dejando de lado los pensamientos negativos,
solo obteniendo una mente sin deseos,
es felicidad más allá del paraíso.

El mundo corre tras fama, honor,
ropa hermosa y comodidad.
Pero estos placeres no son la paz verdadera.
¡Corres tras ellos para estar insatisfecho hasta la muerte!

Viste la kesa y las ropas negras para practicar zazen.
Concéntrate con mente simple, ya sea en quietud o en movimiento.
Observa con tus propios ojos la sabiduría interna.

Mira y sabrás íntimamente la verdad de todas las acciones y de toda la existencia.
Serás capaz de ver el equilibrio.
Entiende y conoce con una mente en calma perfecta.

Si eres así,
tu dimensión espiritual,
lo más grande en este mundo,
estarán más allá de toda comparación.