Una amiga me preguntó el otro día si era necesario vivir en pareja para ser feliz. Me di cuenta que es una de las preguntas más importantes para el ser humano, porque muchas características de nuestra cultura de consumo viven de lucrar con la idea. Así que me tomé algunos días para responder.

Los anuncios y los mensajes en los medios nos inyectan en la mente la idea de que necesitamos tener una pareja y una vida familiar de telenovela. Sólo así se puede ser feliz y estar completos.

Pero a pesar de que los mensajes pueden ser agradables y llenos de júbilo, porque todo en los anuncios es felicidad; lo que no nos dicen es que tener una pareja puede ser terrible si no estamos primero en calma y desarrollamos una buena relación de amor hacia uno mismo.

Y no me refiero a la ilusión de «amor» que viene con la autocomplacencia, como comprar algo por vanidad o hacer cosas por que sólo se siente bien. Estoy hablando del compromiso de por vida que implica buscar la calma, la aceptación de nuestro ser.

Cuando no tenemos amor por el ser, la vida se torna gris y triste. Buscamos respuestas y cariño en los lugares más oscuros, para terminar con el corazón roto mil veces. Justo en ese punto es cuando el sentimiento de soledad y abandono es más grande, lo que resulta muy costoso porque transforma nuestra relación con el universo.

En esa fragilidad y confusión creemos que el amor nos liberará de nosotros mismos. Grave error. Es ahí donde nacen las relaciones que no solo serán de dolor, sino que generarán infelicidad para la pareja y las personas que la rodean. Por esto pensamos que debemos vivir en pareja, para sentirnos completos aunque sea por un instante.

Pero hay otro camino. Uno que es más largo, pero más tranquilo y donde existe una fuente inigualable de aprendizaje.

Vivir con gratitud, compasión, generosidad hacia uno mismo es base para poder entender cómo funciona la vida misma. Sólo así podemos comenzar a desarrollar amor verdadero por los demás. 

Una mente clara y en calma puede apreciar que la felicidad siempre ha estado por dentro del ser. Así entendemos que la aceptación y la gratitud nos conectan íntimamente con todos los seres vivos que nos rodean.

Poder ver y agradecer esta conexión con todos los seres vivos, permite liberarnos y saber que nunca hemos estado solos. Estamos aquí gracias al esfuerzo y vida de miles y miles de seres que han aplanado el camino para nosotros. Al mismo tiempo, con nuestro trabajo y vida, estamos construyendo el mundo para los seres que están por llegar.

 

 

No, no es necesario vivir en pareja. Se puede estar rodeado de mil amigos y familiares. Se puede tener una pareja. Todo sin tener que habitar una sola casa. Por que al final, todos estamos viviendo bajo el mismo cielo y pisando el mismo planeta.

¿Así cómo es posible que nos sintamos solos? Siempre hemos estado acompañados y conectados estrechamente con los demás.

Es cuestión de aprender a verlo para vivirlo.