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Estos últimos días han habido cambios políticos importantes en muchos lugares del mundo y el intercambio de ideas fluye por todos lados. Las redes sociales están saturadas de mensajes de miedo y odio, en una guerra que solo crea más odio y que cancela la inteligencia de las personas.

Lejos de mejorar la vida, entramos en una dinámica que nos lleva estar deprimidos y luchando con la idea del futuro.

La mera idea del futuro.

Idea.

Una idea no es la realidad. Una idea del futuro nos genera angustia porque la acariciamos y la hacemos crecer con nuestros miedos. Una fantasía oscura de lo que está por venir es como una droga que una vez aceptada por nuestro corazón, nos pedirá más y más ideas del futuro.

Pero estas ideas son solo ficción que nos evita vivir en el presente. Son una manifestación más del Engrane Autojamonoide®, que hace reacción nuclear en nuestras emociones para que se salgan de control.

Por esta razón creo que es pertinente regresar a este post, uno de los más leídos en Chocobuda. Es una versión corregida y actualizada.

Hacerla de jamón. Frase de uso muy popular en la Ciudad de México con la que sus habitantes llaman a los obstáculos de la vida: En el gobierno me hacen de jamón todos los trámites. / También se usa para declarar que una situación ha causado drama innecesario: Terminó con su novia y se la está haciendo de jamón él solo. / En otras ocasiones se dice para declarar incomodidad por el exceso de procesos involucrados para obtener un beneficio: Me están haciendo de jamón mi título universitario.

A muchos nos encanta hacer la vida de jamón. Cualquier cosa que nos pase se convierte en un suceso que nos afecta enormemente. Es decir, somos especialistas en sufrir.

Ya sea que necesitemos realizar un trámite, que gane un presidente que no queremos, que vivamos una separación o que el universo no cumpla nuestros caprichos, el drama siempre está al alcance de la mano.

Por más que queramos evitarlo, echamos a andar ese pequeño sistema dentro de nosotros. Es un motor que siempre está listo para funcionar. Lo he llamado El Engrane Autojamonoide porque… ¡ah cómo nos gusta hacérnosla de jamón a nosotros mismos!

Sufrir es una de las actividades más fáciles que tenemos los humanos. Esto es debido a que el ego ha crecido tan fuera de control, que de pronto pensamos que el cosmos gira alrededor de nosotros y nos sentimos personalmente atacados.

Sufrimos por el clima, cualquiera que sea; si las condiciones de trabajo cambian un poco; si hay separación; si hay amor; si el equipo de futbol no gana; por nuestros padres, hijos, hermanos, primos y amigos; por la religión; por la música de alguien más; por el sistema operativo que los demás usan…

Cuando hay algún cambio político, no nos preocupamos por el bien común, sino en cómo nos afecta personalmente. Y luego, claro, declaramos que es por el bien de los demás. Pero esto es hipocresía pura y normal para el ser humano que no medita. Siempre estamos pensando en nosotros mismos.

¡Nos la hacemos de jamón por todo! El Engrane Autojamonoide es una maquinaria muy eficiente.

Quizá suena divertido y sea algo que todo mundo hace, pero la verdad es que es una conducta negativa donde la principal víctima es uno mismo.

Cuando buscamos drama innecesario generamos un mundo inhóspito y muy hostil. Es un sistema de rechazo mutuo, de desconfianza y de amargura que afecta nuestras relaciones personales y nuestra experiencia de vida.

Hacerla de jamón por todo sale muy caro en dinero, en salud y en tranquilidad.

Por suerte hay muchas maneras de inutilizar el Engrane Autojamonoide.

La primera y más importante es poner atención a nuestras reacciones. No se necesita ser monje budista o psicólogo experto para notar cuando estamos exagerando las cosas. Se trata tan sólo de revisar si la situación por la que estamos pasando en verdad es taaaaan grande como lo imaginamos.

Luego viene un chequeo de ego. Si tu discurso está plagado de yo, mi, me, a mi, entonces tu ego está inflamado y listo para echar a andar el tan mencionado mecanismo del jamón.

Por último, la meditación es la medicina que controla y deshabilita el engrane. No para siempre, no.  El Engrane es parte de nosotros. Pero sin duda se controla mejor. Con práctica y con disciplina, la mente del meditador se aclara para poder estar atento a sus reacciones y palabras.

Así que te pregunto… ¿cómo piensas hacerla de jamón este día?

Nota Chocobudista: La primera enseñanza del Buda, luego de haber alcanzado la iluminación, fue sobre las Cuatro Nobles Verdades. Estas nos dicen que la vida incluye sufrimiento (dukkah), el sufrimiento tiene una causa, el sufrimiento tiene un final, existe un camino hacia una vida tranquila. Con la iluminación el Buda pudo destruir su Engrane Autojamonoide y dejar una rama del conocimiento que está ahí para ti. Es cuestión de querer mirar.

Si quieres aprender más sobre tus emociones, sentimientos y cómo parar el tormento, te invito a Heisei, el taller que nos enseña a estar en paz y a mejorar nuestras emociones.