La vida humana es dura y no hay lugar para negociación. Desde que nacemos estamos en constante lucha por aprender, por asegurar nuestra posición en la manada y desarrollar la personalidad. Vamos creciendo y estamos en contra del ecosistema, de otras personas y comenzamos a interesarnos en llevar vida de pareja. Al volvernos adultos tenemos todo en contra, pero lo queremos todo.

La vida es dura y llena de obstáculos. Hay lugares a los que ir, cosas por tener y títulos por ganar. Esto crea dukkha, insatisfacción que se vuelve infelicidad y confusión.

Pero al mismo tiempo, dentro del caos que puede resultar la existencia moderna, hay paz. Existe acceso a la aceptación a la tranquilidad y siempre hay salida a todo lo que nos causa conflicto. De hecho, contemplar el conflicto mismo es un camino seguro a la paz interna.

Chocobuda, estás mal de la cabeza. El conflicto no es paz. ¿Cómo estar tranquilos si el gobierno/mi pareja/mi jefe/mi madre/si el clima está (inserte materia prima para la angustia aquí)?

El budismo nos presenta una solución efectiva a todo lo que nos vuelve infelices, y esa es una gran noticia. El problema es que no es una píldora mágica que quitará el pesar de nuestros corazones. Y no es que el zen resuelva los problemas, no. La práctica zen nos regresa la calma para poder ver salidas y opciones que estaban bloqueadas por el berrinche.

Al llevar una práctica constante de zazen y de estudio del dharma, tenemos las herramientas para poder manejar todo lo que nos atormenta. No es necesario transformarse en monje budista para vivir de este lado del dharma, por supuesto.

La cultura actual nos nace huir de todo lo que no nos parece placentero. Evitamos los problemas a toda costa. Pero ¿y si estamos equivocados con esa actitud? ¿Qué pasaría si en lugar de salir corriendo, abrazamos los problemas? ¿Y si los problemas mismos fueran solo creación de nuestra propia mente?

El budismo nos abre la puerta a vivir en paz con todo lo que pasa,  aun en las situaciones más duras.

A veces es tan simple como comenzara a leer de forma correcta frases y citas de maestros budistas. Por esta razón decidí presentar una pequeña selección de 6 frases budistas que nos ayudan a salir adelante cuando las cosas se ponen oscuras.

Esta práctica se llama Lojong y nació en Tibet gracias al maestro Chekawa Yeshe Dorje (S. XII). Trata del estudio y contemplación de frases clave que nos crean consciencia de la calidad de nuestra propia mente ante las situaciones de la vida. El propósito es liberarnos de los obstáculos que evitan que desarrollemos bodaishin (bodhicitta), la mentalidad del bodhisattva.

Por contemplación me refiero a leer una frase y sentarnos a practicar zazen con ella por algunos días, soltando todo tipo de pretensión sobre comprenderla a fondo.

La colección completa consta de 59 frases, pero aquí solo hablaremos de la Transformación de Circunstancias Poco Afortunadas en el Camino a la Iluminación. Al final de esta serie de posts con toda certeza no seremos seres iluminados, pero sí más tranquilos.

En una serie de 6 entradas escribiré sobre las frases:

  1. Convierte todos los contratiempos en el Camino.
  2. Conjunta todas las culpas en una.
  3. Sé agradecido con todos.
  4. La confusión es Buda. Practica la Vacuidad.
  5. Haz el bien, aléjate de lo maléfico, aprecia tu locura, pide ayuda.
  6. Todo lo que encuentras es el Camino.

No es raro escuchar de los maestros budistas que el camino a la felicidad comienza cuando cambiamos nuestra relación con los fenómenos y con nuestra propia mente. Este es un buen lugar para dar el primer paso.

Todos los posts de esta serie los puedes ver aquí.