Los humanos somos quejicas profesionales. Hemos creado una civilización que gira en torno al consumo y la evasión de lo incómodo. No está mal, pues esto genera las condiciones propicias para que nuestra especie se mantenga con vida. Pero nos quejamos todo el tiempo como si la vida fuera una telenovela mexicana.

Cada pequeña cosa que se sale de nuestro esquema de comodidad lo consideramos un obstáculo. Y si se trata de un problema más grande, nos encargamos de expandirlo para que el sufrimiento florezca.

Entonces nos deprimimos y nos derrumbamos para hacernos de una visión super oscura de la vida. Soltamos joyas como siempre es igual, todos son iguales, ya sabía que iba a fracasar, sólo me pasa esto a mi, nadie me entiende y cientos de YO, MI, ME, A MI, MÍO.

Pero al comenzar a practicar Lojong, tomamos frases para su estudio.

Convierte todos los contratiempos en el Camino, es un eslogan que nos hace conscientes de lo mucho que nos quejamos y de la poca paciencia que tenemos ante las situaciones de la vida.

Al meditar con estas palabras entendemos que la paciencia y la constancia son esenciales para el crecimiento y para que la vida misma pueda continuar. De igual manera, la mente y el corazón necesitan estar abiertos al aprendizaje que tienen todas las situaciones que vivimos.

Hay que resaltar que la frase no usa la palabra problemas; dice contratiempos. Esto es por la poderosa razón de que los problemas (o el fracaso) no existen.  El 100% de las veces somos nosotros los que transformamos una situación de la vida en un problema.

Si miramos la naturaleza con ojos honestos veremos que no existe un solo problema. Seguro, hay tormentas, volcanes y terremotos, pero son parte de la vida misma. Vida, muerte y movimiento… todo es la Madre Tierra que respira y se manifiesta de la misma forma que lo hacemos nosotros.

Es ante la mente humana que las situaciones se vuelven problemas porque vivimos abrazados a nuestra fantasía de control. Entonces, al llegar un contratiempo, perdemos la cabeza.

Pero, ¿y si en lugar de sufrir, usamos las situaciones para aprender y crecer? Esto se logra entendiendo que en la vida es impermanente y dinámica. Una persona sabia no es la que hace mejores planes, sino la que se sabe adaptar mejor a los cambios. Charles Darwin llamó a esto la supervivencia del más apto.

Así pues, si mira hacia  tu pasado vas a poder ver que todas las veces que te has adaptado, sales adelante y aprendes. Mejoras. Todas las veces que te abrazas a una fantasía o a un plan, sufres.

Convertir todos los contratiempos en el Camino nos abre la puerta a la tranquilidad y al aprendizaje.

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