Si me preguntaran qué palabra define el mundo que me rodea, a ciegas diría: saturación.
Estamos expuestos a una mega saturación de datos y todos compiten por entrar en nuestro cerebro y quedarse; y así generar una necesidad de comprar, de poseer.
Hay ruido en la calle, toneladas de anuncios, música, voces, las redes sociales nos absorben el alma y en ningún momento la mente puede estar tranquila. Esto es nuestro estilo de vida y parece que olvidamos el valor que tiene el silencio.
Nos aferramos a lo que poseemos (personas, objetos, ideas) y nos valoramos por lo que portamos, obtenemos, conducimos y producimos. Somos objetos en un sistema infinito de producción y de consumo.
Pero este consumo nos carcome y, antes de que nos demos cuenta, se nos acaban los nervios, sufrimos cansancio crónico y vivimos tan sólo para el fin de semana.
Es la historia de mi vida y creo que de muchos.
Hace muchos años me di cuenta de esto y, aunado a mi inclinación por lo asiático, descubrí el budismo. Poco a poco, luego de mucho estudio y práctica, me doy cuenta de que el camino de en medio es el que me funciona. Repara mi mente y me da calma, que se cimienta en lo sencillo de la vida.
Así que decidí escribir mi experiencia personal en este blog. Escribo sobre budismo zen como filosofía, no como religión. Promuevo el minimalismo y me enfoco en hacer la vida mucho más ligera.
Así se generan tantas endorfinas y felicidad, que es como comer un kilo de chocolate.
¿Porqué Chocobuda?
Hace muchos años compré un buddharupa (estatuilla del Buda) en el Centro Budista de la Ciudad de México.
El acabado es color café y me supongo que la intención era que pareciera hecho de arcilla, pero en realidad parece estar hecho de chocolate.
Como broma y por cariño, esa estatuilla se ganó el nombre de Chocobuda.
Cuando llegó el momento de dar nombre a este blog, no quería una palabra rimbomante en japonés o pali. Necesitaba un nombre ligero y amable, que tuviera toques de humor y que fuera memorable.
Mientras pasaban los minutos, el buddharupa me miraba desde el escritorio, sereno y completo.
Mis dedos teclearon su nombre y así nació Chocobuda, el blog que habla sobre lo dulce y feliz que es la filosofía budista.
Sobre mi
Mi nombre es Hondou Kyonin, monje budista y maestro Zen. Ordenado por Chigen Jundo en julio de 2013, de la escuela Soto Zen, tradición de Gudo Wafu Nishijima.