Siente tus pies. ¿Te has dado cuenta que te ayudan mucho y todo el día te cargan? Hacen que camines y desafían la gravedad de la Tierra para llevarte a donde quieras.

Seguramente estás sentado en una silla en este momento. Eso significa que tienes un techo sobre tu cabeza, manos sanas para teclear, ojos sanos para ver, dinero para computadora e internet, puedes pagar las cuentas y te apuesto a que no tienes hambre o sed. Tampoco tienes frío.

Apuesto a que en este momento de tu vida no estás llorando. Estás leyendo. Sólo por este instante todos tus problemas se convierten en un punto muy pequeño porque tu atención está en un sólo lugar.

Si estás en la oficina es porque tienes trabajo. Quizá estás leyendo desde tu teléfono móvil. Tal vez estás en casa.

Estas palabras te acaban de hacer consciente, por unos segundos, de tu realidad. Así es como necesitamos vivir; con la mente aquí.

Piensa en todas las personas que están contigo, en lo que tienes, lo que eres. ¿No es suficiente motivo para terminar feliz esta semana?

Tómate unos segundos. Cierra los ojos.

Respira.