Las luces del escenario se encienden, se abre el telón y aparece un hombre vestido de etiqueta. Porta en la cabeza un turbante color oro.

Hola, mi nombre es Chocobudix, el magnífico. Gracias por estar aquí. Esta noche tengo dos trucos para ti.

El primero es un truco donde demostraré mis capacidades místicas de visión remota. Esto lo aprendí cuando una tribu de monjes locos en los Himalayas me secuestró y me enseñó el secreto arcano de las palabras de poder Gungagulunga Gunga Gulungalunga. ¡Les advierto! No intenten repetirlas porque sólo traerán la mala fortuna del consumismo a sus vidas.

Así que pido silencio absoluto. Nadie escriba más. Nadie hable más.

El hombre se concentra, cierra sus ojos, pone los dedos índices en las sienes y respira profundamente. Los segundos pasan largos mientras los espectadores se preguntan qué pasará.

Puedo ver… con la concentración que los monjes lunáticos me transmitieron… puedo ver la siguiente verdad absoluta… espero que estés listo… Aquí va la verdad suprema de tu vida… La veo claramente:

Tu armario, cajones, libreros, mesas de centro, cocina… ¡todo está lleno de basura!

Tienes cosas que no necesitas, basura que has ido almacenando a lo largo de los años. Tienes libros obsoletos de la universidad, ropa que te dejó de quedar en los tiempos de los Bee Gees, la taza cuarteada que te regaló la abuela, la envoltura del chicle que te dio tu amiga en la primaria, el recuerdo del bautizo de tu sobrino que tiene cara de Chucky.

Con el poder de mi mente veo plumas con tinta seca, lápices mordidos, figuras de porcelana, cuadros que sólo guardan el polvo… Y en la cocina veo cazuelas que ya no usas, cucharas y sartenes que dan pena y que no tocas hace años.

Tu vida está llena de cosas. Cosas que no necesitas y dejaste de usar. Cosas que acumulan polvo, que no limpias y que forman parte de tu entorno hace tanto tiempo, que ni siquiera te das cuenta que siguen ahí.

Pero así como acumulas cosas y te aferras a ellas, así está tu mente. Con apegos y sentimientos que no te puedes quitar de encima. Con deseos antiguos, con aversiones que no has manejado y que se quedaron ahí, formando un tumor mental que no duele, pero estorba.

Con mis poderes místicos de visión remota, veo que tu vida está llena de basura.

El hombre abre los ojos, baja los dedos de las sienes y respira.

La multitud se queda en silencio, como para saborear las palabras que el gran mago acaba de decir. De pronto, a la derecha, alguien comienza a aplaudir. Un segundo después, toda la sala estalla en aplausos.

Chocobudix, el Magnífico agrade con reverencias a toda los asistentes.

Gracias, gracias.

Ahora para mi siguiente y último truco de la noche, presento para ustedes el misterio, la fantasía, lo esotérico, lo enorme, de este truco que aprendí en Lejano Oriente.

Ejecutaré el mundialmente famoso truco de La Caja Mágica. Pero antes quiero que guardes el secreto porque este truco es tan maravilloso, que lo puedes ejecutar tú mismo en casa.

Se escucha música de marcha en toda la sala, una asistente del mago sale al escenario, empujando una caja de cartón.

Esta es mi caja de cartón. Y es mágica. En ella se guarda todo lo que me sobra y todo lo que no necesito.

Y el truco consiste en seguir los siguientes pasos:

Pon una caja de cartón grande y vacía en la entrada de tu casa.

Ahora ve a tu armario. Revisa todo. Y lo que no utilices desde hace 1 mes, ponlo en la caja.

Luego ve a la cocina. Revisa cajón por cajón. Seguramente encontrarás cosas que no usas hace más de 1 mes. Pon todo eso en la caja.

Ve a tu librero y revisa. Hay libros que no abres hace 1 año. Ponlos en la caja.

Así, revisa toda tu casa. Cajones, estantes, herramientas, escritorio. Todo lo que no uses desde hace 1 mes, ponlo en la caja.

Y ahora viene la parte difícil.

El mago hace una pausa dramática, mientras ve hacia el infinito.

Cuando la caja esté llena, la vas a dejar ahí mismo, en la entrada de tu casa por un mes. Sí, escuchaste bien. Por un mes.

Y con mis poderes místicos puedo ver que durante 1 mes no necesitarás nada de lo que está en esa caja. Ni siquiera lo extrañarás porque si no lo has usado durante 1 mes, significa que no lo necesitas en realidad.

Al final del mes te darás cuenta que hay más espacio en toda tu casa, todo es más fácil de limpiar, no hay tanta saturación y podrás ver toda la basura que has acumulado en tu vida.

Y te preguntarás, ¿pero qué pasará con la Caja Mágica?

Eso depende de ti. Puedes donarla, tirarla a la basura, mandarla a reciclaje, dar lo que sirva a gente que lo necesite… lo que sea. Lo importante es que esa caja salga de tu casa.

Y con esto… ¡KAPOOM! ¡Toda la basura de tu casa desaparecerá!

Y para terminar, el gran final. Te doy el consejo supremo: repite el truco de la caja mágica cada año.

Los espectadores están en silencio total por varios segundos para después dar una ovación de pie al gran mago.

En el teatro se escuchan aplausos, silbidos y gritos de ¡Bravo!

Gracias, querido público. No olviden que estaré aquí hasta el próximo fin de semana y si tienen alguna fiesta infantil o minimalista, Chocobudix, el Magnífico, puede ir a dar otro gran espectáculo.