En este camino minimalista he conocido a muchísima gente se quiere subir a un tren en movimiento, a veces, de manera desesperada.

Todos los movimientos intelectuales crecen y ganan momentum en cierto punto de su existencia, y el ver que hay toneladas de blogs y libros al respecto, la gente se quiere llamarse minimalista porque está de moda y va de la mano con su práctica de yoga.

Justo ayer hablaba sobre minimalismo con un adulto mayor. Él afirmó que es minimalista de todo corazón porque sólo tiene 2 camionetas SUV (una de ellas la compró usada) y los 3 autos para uso cotidiano.

 

Esto me hizo pensar mucho porque en realidad el minimalismo puede estar en el ojo de quien lo mira. Para esta persona, el tener 5 autos representa un esfuerzo en reducir su consumo y llevar una vida tranquila. No me quiero ni imaginar cuál es su concepto de despilfarro.

En mi libro eso es radicalmente opuesto a lo que el minimalismo implica. Es como decir que Bill Gates es un minimalista comparado con Carlos Slim. Ambos son la antítesis del movimiento.

Para ser minimalista hay que hacer todo un ejercicio de análisis y balance general del estado actual de tus posesiones y apegos. Hay que mirar hacia atrás y ver en qué has estado desperdiciando, revisar qué es lo que has estado acumulando y comenzar a trabajar en mejorar tu situación.

Quizá para algunas personas esta serie de actividades sea fácil y rápida, pero en mi experiencia, realmente comprender la filosofía detrás de la reducción de apegos, puede ser un trabajo de años.

El minimalismo es mucho más que sólo dejar de comprar y tirar cosas a la basura. Es un estilo de vida que exige comprimiso, pero sobre todo, muchas horas de pensamiento y meditación.

Y por meditación me refiero a la actividad en la que te sientas en loto completo o seiza y dedicas al menos 20 minutos al día a callar el ruido de tu mente.

Porque el minimalismo comienza con la reducción de la actividad de la mente discursiva, que es esa parte de tu mente que te lanza pensamientos como si fuera ametralladora y que no cesa ni un momento.

Es esta mente la que hace que seas distraído, que crees fantasías y que hace que te aferres al pasado.

Y es lo que casi no se maneja en ningún blog.

La esencia del minimalimo es la reducción de los apegos.