Hoy se conmemora un hecho histórico que para algunos parece poca cosa, pero cualquier ingeniero u hombre de ciencia sabe que fue una gran hazaña. Este logro trajo tantos beneficios a la humanidad que faltaría un libro completo para numerarlos.

Hace 50 años, el ruso Yuri Gagarin fue puesto en órbita alrededor de la Tierra, convirtiéndolo en el primer hombre en salir del planeta; siendo la culminación de años de investigación y desarrollo, pero sobre todo, de imaginación.

Y es la imaginación, ese factor despreciado por muchos de nosotros, lo que nos hace libres, lo que pone un sueño en el horizonte y lo que nos hace mover hacia adelante.

No es coincidencia que muchos juegos infantiles comiencen con la palabra imagina, porque tan sólo con pensarlo, nuestra mente se acelera a la velocidad de la luz y crea soluciones, alternativas y mundos enteros.

En este momento piensa en el problema más grande que jamás hayas tenido. ¿Recuerdas cómo saliste de ese problema? Aunque no hayas ideado ciudades flotantes gobernadas por elefantes cósmicos, imaginaste una salida. Esto te sirvió para revisar tus opciones y poder salir adelante.

Quizá en este momento estés viviendo ese problema enorme. Si pierdes la capacidad de imaginar y crear soluciones, cualquier encrucijada se torna insufrible.

Nunca dejemos de imaginar, porque así mueves los engranes de la creatividad. No hace falta ser escritor, artista o científico para imaginar porque a la hora en la que vuela nuestra mente, todos somos los mejores directores de cine.

Imagina sin aferrarte y sin sufrir por los ideales.

Imagina que tocas las estrellas, pero siempre ten los pies bien plantados en la Tierra.