Los carteles motivacionales gritan a toda costa que debemos ser felices. En la radio y televisión nos impulsan para vivir la vida siempre con intensidad; exagerar las emociones y poner nuestra atención donde no debería estar.

Vive como si no hubiera un mañana.

No te preocupes por el futuro.

Disfruta todo momento.

Cuando ames dalo todo.

Este tipo de frases nos venden acciones de fantasía que sería muy agradable tomar como estandarte para movernos por el mundo. Facebook está lleno de ellas. Pero lo que estos lugares comunes no te dicen es cómo lograrlo.

El concepto de vivir la vida con intensidad es muy atractivo y es una gran herramienta de venta. Lo que nadie dice es que si vivieras tu vida de la manera que pintan los anuncios y los mensajes motivacionales en Facebook, estarías muerto.

Sería como subir a tu auto, encenderlo y pisar hasta el fondo el acelerador. La máquina se esfuerza al máximo y ruge, quema gasolina de forma excelente, sale mucho humo del escape… pero en un momento te quedaste sin combustible, algo falló o explotó la máquina. Y al final no llegaste a ningún lado.

Por eso creo que es mejor buscar un equilibrio y enfocarse en lo que importa.

No se trata de disfrutar cada momento porque eso es una falacia. La vida incluye el dolor y las etapas difíciles.

Se trata de vivir con lo que hay; de ser el momento. Si hoy tienes tristeza, sé tristeza. Si hoy tienes enojo, sé enojo. Si hoy hay risas, sé risa.

Para hallar nuestro camino a la felicidad debemos dar tumbos por la vida, encontrando barreras y haciendo lo mejor para librarlas.

Y existen acciones que, sin importar el país o cultura, ayudan a encontrar una mejor vida.

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Todo libro que terminas desarrolla más tu inteligencia e imaginación y colabora a darte más cultura.

Posee menos

La regla de oro del minimalismo es menos es más. Y aquí sólo hay que aplicar lógica simple: entre más tienes, más preocupaciones vienen.

Las cosas son sólo cosas

Estamos muy acostumbrados a depositar nuestra felicidad en objetos materiales. Hay que entender que la plenitud siempre ha estado dentro de nosotros. No dejes que los objetos te reafirmen como persona.

Olvídate de los caprichos

Los caprichos son trozos de sufrimiento que trascienden al plano físico. Son el reflejo de tu deseo y avaricia. Si los dejas de lado, las cosas te serán mucho más sencillas.

No esperes nada de la gente

Las personas actuamos de forma libre con base en nuestro marco de referencia y cultura. Jamás esperes que alguien va a reaccionar como lo deseas. Entrena para aceptar a las personas como son, con las decisiones que tomen.

Por supuesto que puedo seguir escribiendo más al respecto, pero el mensaje sería el mismo. Vivir con la intensidad que se nos vende, irrumpe nuestra tranquilidad y equilibrio.

Es mejor tener una vida que se vaya por el camino de en medio, en la que se puede gozar lo que llega  y en la que no se le huye al dolor ni a la tristeza.

Así que hoy digo: ¡No vivas tu vida intensamente!

Eso también es minimalismo.