Todos nos hemos enfrentado con situaciones a las que tenemos que decir , aunque por dentro estemos hirviendo y con ganas de correr hacia el otro lado.

Nos sentimos obligados a acceder por razones que pueden ir desde miedo a herir a alguien, cobardía pura, preocupación por no dañar una relación, timidez y hasta por conveniencia.

Pero al final las repercusiones de esto son enormes. Decir un forzado nos trae con frecuencia arrepentimiento, ira, angustia, tristeza y, obvio, mucho sufrimiento.

Cuando uno mira hacia el pasado, podemos ver todas las dificultades que nos buscamos por no haber dicho no a tiempo.

¡Y el problema es que seguimos haciéndolo! Es parte de nuestro cotidiano y nos quejamos todo el tiempo, pero pocos hacen algo al respecto.

Por ello creo que es importante saber cuándo y cómo decir no, porque de ello depende el espacio que tenemos para poder decir .

La siguiente lista son unas pasos simples para saber decir no a tiempo:

1. Identifica la situación

Define si estás ante una decisión que afecta tu integridad física o mental.

También revisa si la situación afecta a terceros, si entra en conflicto con tus valores o si pone en riesgo los de otros.

Por último, seguir tu instinto está bien. Si una situación no se siente bien, no accedas.

 

2. Di no a la situación, no a la persona

Esto cuesta mucho trabajo, pero es necesario entenderlo: cuando dices que no, estás negando la situación y sus implicaciones; no estás cerrando la relación con alguien.

Decir no, no tiene porqué afectar la relación personal con alguien. Si es así, significa que el ego de la otra persona necesita desinflarse un poco y estás haciendo lo correcto al evitar engancharte en su petición.

3. Explica la razón

Cuando dijiste que no y tuviste éxito, todo está bien.

Sin embargo hay ocasiones en las que deberás explicar las razones. Para esto, hay que ser lo más lógicos y racionales posibles, sin dejarnos llevar por la ira o la pasión.

4. Acepta los resultados

Decir no es una mini aventura en sí misma porque acarrea consecuencias. Pueden ser buenas o malas. Como sea, tendrás que vivir con lo que decidiste y aceptarlo. Sin arrepentimientos, porque tomaste una decisión consciente.

En budismo tenemos la enseñanza de la Negación Cuádruple o Chatuskoti, que dice…

No a esto: No a aquello: No a ambos: No a ninguno.

Nos habla del vacío que existe en todas las cosas que nos rodea y nos ayuda a ver el universo de forma analítica.

Cuando nos enfrentamos ante una decisión dura, debemos esforzarnos por ver el vacío y la impermanencia en ella y de sus implicaciones. Así podremos romper la cadena de la pasión y del deseo, para tomar mejores cursos de acción.

Claro, esta claridad sólo llega cuando haces de la meditación una disciplina.

Recuerda que somos nosotros mismos los que le damos el poder a las personas. Nadie te puede obligar, a menos que los dejes.

Así que por hoy repite conmigo: ¡No!