El poeta persa Jalal ad-Din Muhammad Rumi, o sólo Rumi para los amigos, vivió en el siglo XIII y dejó un legado enorme de sabiduría que promueve la sencillez y una vida que opta por la paz. Ha tocado corazones y mentes de miles de personas a lo largo de la historia y hoy comparto un poema que me ha acompañado estos días.

¿Hasta dónde estás dispuesto a rechazar o abrazar a tus sentimientos? Nuestra experiencia y concepto de vida depende de nuestro bagaje cultural y la colección de apegos/aversiones que portamos. Cuando nos enamoramos de ellos, dejamos de ver las cosas como son y comenzamos a odiar, rechazar y sufrir.

Rumi nos hace cuestionar, ¿y si tratáramos a nuestros sentimientos como huéspedes?

La Casa de Huéspedes
Ser humano implica ser una casa de huéspedes.
Cada mañana llega alguien nuevo:
una alegría, una depresión, una ira,
una conciencia momentaria llega como un visitante no anunciado.
¡Da la bienvenida a todos ellos! ¡Trátalos bien!
Aún si se trata de un tumulto de tristezas
que destrozan tu casa violentamente
y te dejan sin muebles.
Aún así, trata a cada huésped con respeto.
Quizá te esté dejando sin nada
porque te está preparando para nuevas alegrías.
El pensamiento oscuro, la vergüenza, la malicia;
recíbelos en la puerta con una sonrisa
e invítalos a entrar.
Agradece a quien llegue,
porque cada uno ha sido enviado
para ser tu maestro.

Traducido por Kyonin.