El mindfulness es la práctica de estar atento y despiertos en el momento actual, en el presente. Sí, yo sé que suena a cliché y que muchos memes en las redes sociales hablan sobre ello, pero sólo cuando practicamos mindfulness podemos entender el poder detrás de él.

Cuando se practica diario nos volvemos cada vez más conscientes de nuestras actividades, de lo que nos rodea y, aunque usted no lo crea, nos volvemos más amables con los demás. Esto abre las puertas a la tranquilidad porque todos pueden disfrutar de alguien que practica meditación.

¿Cómo es esto? Sí, una persona que practica mindfulness o meditación se  hace más paciente, abierta y escucha con más atención. Su sentido del humor mejora para encontrar felicidad en las cosas más sencillas del mundo.

Esto lo digo porque justo esta mañana me di cuenta que estaba muy feliz porque mi desayuno incluiría un mango.

Sí, un simple mango me hace un hombre feliz por muchas razones.

Un mango en mi refrigerador (nevera) implica tantos milagros y esfuerzos juntos que se necesitaría un tratado completo para entenderlo. Primero se necesita que el universo exista, que la galaxia que habitamos esté donde esté, luego que el sistema solar haya pasado todo lo que ha pasado, el planeta Tierra necesita esta posición e inclinación y toda su historia. Mi mango requirió la evolución, el trabajo y sacrificio de millones de seres del pasado para poder existir. Luego está toda la tecnología involucrada para que exista mi casa, mi cocina y todos los aparatos.

Un mango en mi nevera es un triunfo del universo para lo cual yo no colaboré en nada, pero puedo disfrutar su sabor dulce y ácido.

Yo, que no soy nada, que no soy nadie, que no lo merezco, tengo el privilegio de disfrutar los mangos en cada primavera.

¿No es eso un motivo maravilloso para estar feliz? ¿No es acaso el mejor motivo para estar agradecido de todo corazón?

Vivir en el presente nos hace más conscientes de los pequeños detalles que escapan a la vista. Los apreciamos y los valoramos como la joya que son.

Entonces, al entender estas conexiones del universo, vemos la impermanencia de las cosas y que todos tenemos un sitio en la vida.

Quien practica mindfulness sonríe más y abre su corazón a estos detalles, que al final nos hacen más atentos a nuestra vida y nos vuelven más creativos en el trabajo.

Así que mira con atención lo que te rodea.

La realidad y el presente son magia.

Si quieres saber más sobre mindfulness y cómo aplicarlo a tu vida cotidiana, te invito a Omoi, taller de mindfulness para personas creativas.