Tienes un amor verdadero que jamás te ha abandonado. Ha estado contigo en cada instante de la vida. No renuncia a ti y se esfuerza por tener tu atención.

En tu infancia jugabas todo el tiempo a su lado. Era tu mejor compañía. Pero creciste.

Cuando te ve sufrir por las andanzas de la vida, se queda en silencio. Observa, se mantiene cerca y espera.

Saltas de ocupación en ocupación. Parecería que estás en una carrera donde gana quien más pendientes por hacer tenga. Sientes orgullo por lo que logras, lo que tienes, lo que eres. Haces planes para tu futuro imaginario o pasas mucho tiempo recordando lo que fue, lo que ya no está.

Pasas años de pareja en pareja, considerando si es la persona indicada con la que envejecerás. Lo intentas una y otra vez, pero nada cumple expectativas ni se acerca a tus ideales.

Cada 14 de febrero festejas el amor, pero dentro de ti sabes que hay una pieza del rompecabezas que aún no está.

En ocasiones sientes que está por ahí al bailar, besar o disfrutar algo. Se asoma por entre las sombras de tu mente o quizá le puedes ver por el rabillo del ojo. Giras la cabeza, para buscar, pero algo más llama tu atención y la búsqueda se pierde en la niebla de la conciencia.

El amor de tu vida no está en tus relaciones personales, en lo que compras o en tus títulos. Tampoco es una persona a quien puedas abrazar, porque lo abraza todo, lo contiene todo.

El amor de tu vida no festeja 14 de febreros y no depende de una fecha para ser especial o para hacerte mejor. Te da todo lo que necesitas y es tu hogar, pues sabe que donde quiera que estés, ya estás donde debes estar.

El amor de tu vida se llama Ahora y siempre está a tu lado. Es el presente perfecto.

Y se ha ido. ¿Lo viste?

Feliz 14 de febrero 🙂