Chocoscopio: Para mantener la creatividad. 2 de agosto de 2016

Chocoscopio: Para mantener la creatividad. 2 de agosto de 2016

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La hoja en blanco, cuerdas sin tocar, lienzo vacío, teclado en silencio. Todos estos demonios modernos llegan a cobrar nuestra tranquilidad cuando la mente creativa se topa contra la pared.

¿Cómo mantenerse creativo? ¿Cómo resolver problemas que parecen imposibles? ¿Cómo conservar la ecuanimidad en momentos de alto estrés?

Ser creativo no solo es cuestión de talento, sino de entrenamiento y práctica. En este Chocoscopio revisaremos algunas técnicas que nos permitirán ser creativos en todo momento… siempre y cuando convirtamos el placer en disciplina. Sí, la disciplina no es mala.

Martes 2 de agosto de 2016

CDMX 4:00 PM / Buenos Aires 7:00 PM / Caracas 5:30 PM / Madrid 11:00 PM

Si no alcanzas a conectarte para la  transmisión en vivo, el video de la charla será publicado al día siguiente.

¡Te espero!

Aumenta tu creatividad con estos 5 tips

Aumenta tu creatividad con estos 5 tips

Todas las personas somos creativas. No hay forma de que no lo seamos, pues es una capacidad que la selección natural ha puesto en nuestra mente para poder resolver problemas complejos.

Sin embargo hay ocasiones en que las musas parecen haber salido de vacaciones y necesitamos ser productivos. Aquí comparto 5 acciones que ayudan mucho a mantener la creatividad a flote.

 

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Si quieres saber más sobre creatividad para la vida, te invito a Omoi. Es un taller de mindfulness para creativos en donde aprendemos técnicas para que las musas siempre nos acompañen. Más información.

Zen y creatividad

Zen y creatividad

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… música que se escucha tan profundamente que ya no se escucha. Te conviertes en música.

T.S. Elliot

La experiencia de crear es espiritual. No en el sentido religioso, sino en el más puro sentido humano. Cuando nos sentamos a escribir una carta, a dibujar o pintar, cocinar, a tocar algún instrumento o a diseñar una página, suceden varias cosas interesantes en nosotros.

Para empezar el mundo a nuestro alrededor se pierde. Dejamos de estar distraídos por ruidos o por el medio ambiente. Dejamos de sentir el cuerpo. ¿Te has percatado que cuando te absorbe alguna actividad creativa, dejas de sentir las piernas?

Cuando creamos nos convertimos en lo que sea que creamos. Por un momento somos música y nos movemos entre notas. Por un instante somos texto que comunica y que expresa. O quizá nos transformamos en ingredientes de una historia que se narra en un platillo servido.

Crear es espiritual porque nos une con el presente, fundiéndonos con el flujo de la vida. Se suspenden los juicios y las opiniones y simplemente seguimos adelante hasta terminar. Es entrar a un proceso meditativo en el que la vida transcurre en armonía y en tono con los ritmos de la naturaleza. Los sentimientos surgen y se plasman para simplemente ser.

Llegar a esta zona no es nada fácil. A algunos nos cuesta mucho trabajo, pues la inspiración nos evade con frecuencia. La buscamos activamente en todos lados y siempre tarda más de lo que quisiéramos. Por desgracia, algunas personas se rinden y otras más se intoxican para poder sentirse en sintonía con los jugos creativos.

¿Y si te dijera que la creatividad es más zen de lo que te imaginas?

Una persona creativa trabaja mejor cuando vive justo aquí y ahora, dejando de lado la angustia del futuro y la pesadumbre de un pasado que lo ancla. Sabe que la inspiración tarda en llegar, pero si mantiene la mente en calma, siempre será mucho más sencillo producir y llegar al Silencio.

Así como debemos practicar la escritura o la música para ser mejores, un gran ejercicio para el creativo es sentarse en silencio a meditar. Si esta práctica se lleva con disciplina, la inspiración se encontrará de forma más fácil y sencilla, sin tener que recurrir a estimulantes o dramas.

Es cuestión de probar.


Si te interesa saber más y meditar, te invito a Omoi, taller de meditación y mindfulness para personas creativas.

Creatividad: 7 formas seguras para terminar el bloqueo

Creatividad: 7 formas seguras para terminar el bloqueo

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El trabajo creativo y los jugos que promueven las ideas están sujetos a mil variables. Hay días en que la creatividad fluye a través de nosotros, pero en otros solo miramos la hoja en blanco, esperando que alguna musa perdida llegue a nuestro lado. Buscamos inspiración por todos lados, pero parece que nada ayuda.

En estos bloqueos creativos, por desgracia, muchas personas recurren a herramientas que causan más problemas que soluciones. Algunos toman bebidas energéticas, otros drogas o cultivan alguna adicción profunda. Sí, quizá la creatividad fluya, pero en algún punto el cuerpo y la mente pasan la factura por el abuso.

Esto no solo aplica para disñadores, mercadólogos o publicistas. La creatividad puede detenerse en cualquier momento para cualquier persona.

Un creativo es quien decide tomar los retos con mente fresca y se atreve a salir de su área de comodidad para proponer soluciones nuevas.

Esto es bien sabio por directores de empresas en todo el mundo, como Virgin o Google, en donde se premia a los empleados que proponen ideas para mejorar la producción o las condiciones de trabajo de sus compañeros.

A nivel personal todo el tiempo estamos proponiendo ideas creativas para nosotros mismos. Hay quien piensa en una nueva forma de afeitarse, quien inventa un nuevo sistema para pintar las paredes o quien mejora la receta de la abuela.

Si todos somos creativos la mayor parte del tiempo, ¿entonces porqué nos congelamos cuando se nos pide que lo seamos? ¿Por qué pensamos que sólo los artistas pueden ser creativos? Porque nunca pensamos que la creatividad se usa para todos los campos de nuestra vida, y no damos crédito a nuestra propia inventiva porque comparamos nuestros resultados con los de los profesionales.

A nuestro alcance, todos somos creativos. Y aunque lo neguemos, todos disfrutamos resolver problemas. Está en nuestro código genético.

Hay ocasiones en que la creatividad fluye de manera natural e inesperada. Otras veces hay que empujar un poco para que las ideas lleguen.

A lo largo de mi vida creativa (es decir, toda ella), he puesto en práctica estas 10 acciones que promueven el flujo de ideas y que me ponen en buena actitud para resolver problemas. Espero te funcionen también.

1. Medita

Esta es la práctica base para mantener la mente fresca y libre de las ataduras que son las opiniones. He encontrado que entre más arraigada es una opinión, menos libres somos para crear. Los clásicos argumentos de «es que es mi estilo» o «yo siempre he sido así», generan más problemas que soluciones. El mindfulness termina con ellos y nos pone en buen camino para que las ideas fluyan.

2. Escucha música distinta

Estar abiertos a todo tipo de música y disfrutar todo tipo de géneros del mundo es por demás enriquecedor. Promueve la cultura y nos mantiene la mente abierta para aceptar todo tipo de ideas.

3. Lee

Ya sé que todo mundo quiere que leas. Yo también. Leer novela y cuento hace que la imaginación vuele y se ejercite. Esto resulta en más y mejores ideas.

4. Cuida tu alimentación

Nunca podré decir suficiente sobre nutrición. Si alimento es de buena calidad, tus ideas serán más fluidas y cada vez mejores. Enfocarte te será mucho más fácil, haciéndote mucho más fácil encontrar soluciones.

5. Practica gratitud

Un problema clásico de las personas creativas es que cuando resolvemos algo de buena forma, el ego nos convierte en un pavo real enorme que va presumiendo el plumaje, buscando reconocimiento. Es importante cancelar esto porque nos hace perder humildad y nos cierra ante el hecho de que una buena idea no significa un camino creativo para siempre. Al practicar gratitud estamos reconociendo que somos un engrane más de un sistema más complejo de lo que imaginamos. Esto nos regresa a la tierra para seguir trabajando.

 

6. Haz ejercicio

Mantener el cuerpo en buen estado es básico para que la mente funcione de manera correcta. Si dedicas al menos 30 minutos al día para caminar, correr o ir al gimnasio, tu cerebro recibirá sangre con oxígeno y adrenalina. Nada mejor para generar ideas frescas. Tip especial: el yoga es el mejor compañero del creativo. ¡Inténtalo!

 

7. Apágalo todo

Los bloqueos creativos también pueden llegar por saturación de información. Si tienes al mismo tiempo redes sociales, móvil, música y trabajo; es hora de apagarlo todo por unos buenos 30 minutos. Sal a caminar, toma aire, luz de sol (si te es posible) y a seguir trabajando.

 

Estas acciones me han sido siempre útiles. ¿Tienes otra fuente de creatividad que quieras compartir?


Pronto regresará Omoi, el taller de meditación y creatividad. Si necesitas información, escribe a elchocobuda ARROBA gmail.com

Seis formas seguras de matar tu creatividad

Seis formas seguras de matar tu creatividad

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Cuando buscas en Google «creatividad»  puedes encontrar miles y miles de artículos sobre maneras de incrementar o mejorar nuestra capacidad creativa. Hay cientos de definiciones, consejos y portafolios de artistas magníficos.

Me he encontrado con artículos, libros, podcasts y blogs que hablan de cómo fomentar la creatividad. Y yo me declaro cómplice de ello también. Como creativo siempre estoy buscando cómo mejorar mis textos, poemas, diseños y hasta recetas de cocina. Me gusta compartir lo que aprendo.

Como he mencionado antes, ser creativo es un aspecto más de la experiencia humana y una necesidad que semeja un músculo: hay que ejercitarla para fortalecerla.

Al igual que los músculos cuando no se les cuida, es fácil destruirlos tan sólo con permanecer demasiado tiempo sentado en la oficina. La creatividad necesita ser procurada día a día para mantenerla funcionando bien.

Aunque lo sabemos y está documentado por todos lados, siempre caemos en trampas que comprometen nuestras ideas. Así es como comenzamos a estancarnos y dejamos de fluir con la vida. Nos volvemos apáticos, poco productivos y poco amables para con los demás.

En mi experiencia, estos son algunos puntos importantes que destrozan la creatividad.

1. Cultiva el ego

El asesinato de tu creatividad comienza cuando crees que lo sabes todo. Muchas veces en el medio de las comunicaciones se escucha la frase «Hay que educar al cliente».

Es posible que sean las palabras más ciegas y ególatras entre diseñadores, comunicadores y directores de arte. No señores, no se educa a nadie que no sean ustedes mismos. Se trabaja con humildad y con la mente abierta para escuchar las necesidades de los demás, sea cliente o no.

La creatividad muere al asumir que somos mejores que los demás y que nuestras ideas cambiarán al mundo. Nuestras ideas son tan solo ilusiones que podrían… PODRÍAN… impactar la calidad de vida de alguien más. Pero si no pensamos en el beneficio de otros, las ideas que propongamos afectarán de forma negativa o no serán trascendentes.

2. No te actualices

Una vez que el ego está hinchado, es muy fácil asumir que poseemos el conocimiento último del universo y que la humanidad ha detenido su progreso. Así que no tiene sentido actualizarse, ¿correcto?

Nada mejor para matar la creatividad que pensar que el mundo seguirá igual que cuando estábamos en la escuela. Para una mente cerrada la tecnología no avanza, la música de otros tiempos es lo único que se debe escuchar y los jóvenes apestan.

Dejar de actualizarnos nos lleva a la ignorancia, la cual sale mucho más cara de lo que imaginamos. Como ejemplo puedo mencionar a un empresario que llevó su negocio a la tumba debido a que se negó a usar el email como herramienta y se quedó pegado al fax. ¡Al fax! ¿Qué pasó? Su competencia podía entregar propuestas de negocio de forma mucho más rápida y eficaz, mientras él veía cómo sus clientes lo abandonaban uno a uno.

3. Protege con fanatismo tus creencias y opiniones

Una falacia en la que caemos de forma recurrente es asumir que nuestra opinión equivale a la realidad. Entonces protegemos nuestras opiniones a capa y espada, para detestar a quien no piensa como nosotros. Catalogamos a la gente en función a qué tanto no adopta nuestras ideas.

Esto es peligroso porque genera enemistad, odio e infelicidad para todos; además de que hará el flujo de ideas mucho más difícil.

Al casarnos con nuestras creencias y opiniones, dejamos de cuestionar y de innovar.

4. Jamás investigues

Arriba dije, y lo repito porque es importante, que la ignorancia es muy cara en todos los sentidos.

Dejar de investigar nos cierra la mente al universo de conocimiento que se genera a cada segundo de la Vida (sí, con V mayúscula). No es que debamos saberlo todo, pero sí hay que considerar que alguien más inteligente que nosotros resolvió un problema de una manera más eficiente.

Tener la humildad para reconocer lo ignorantes que somos nos hará seguir investigando y experimentando. Ergo, la creatividad fluirá.

 

5. Nunca medites o practiques mindfulness

No, la meditación no es una actividad para hippies o fans del yoga. Meditar es una herramienta que nos mantiene los pies en la tierra, controla el ego, ayuda a dejar ir los apegos y (lo más importante) nos hace conscientes del momento presente.

¿Quieres que tu productividad nunca mejore? ¿Quieres seguir siendo poco creativo? ¿Quieres que el estrés de la vida te coma la salud? Entonces ve la televisión o pierde el tiempo el Facebook. Al fin y al cabo la meditación no es para ti.

6. Engánchate en la urgencia de otros

Las situaciones solo son urgentes cuando la vida de otro ser vivo pende de un hilo. Entonces hay que hacer lo posible por salvarlo.

En cualquier otro caso, las urgencias sólo son el resultado del ego de los demás, de su despliegue de poder o de su pobre planificación… o todo junto.

Si te enganchas en las prisas de otros, tu creatividad se congelará y tus ideas tendrán margen de error enorme.

Siempre es mejor conservar la calma y respirar. Se puede trabajar a buena velocidad y entregar sin participar en el viaje de ego de otros. Para saber cómo lograrlo tenemos el mindfulness de nuestro lado.

¿Te has topado con otras formas de destruir tu creatividad? ¡Compártelas!

Pronto regresará Omoi, taller de meditación para creativos.

Cuando el ego mata la creatividad

Cuando el ego mata la creatividad

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—Mamá, ¿porqué no intentas agregar un poco de vinagre a la sopa? Con una cucharada es suficiente. Yo lo he hecho y mejora el sabor, además de que extrae más minerales de los ingredientes.

—No. Así siempre la hemos hecho en la familia. Tu abuela no era tonta.

He escuchado discusiones de este tipo muchas veces a lo largo de mi vida, en diferentes familias.

En cuestión de aprendizaje, la experiencia de crecer en este mundo es peculiar, por decir lo menos.

Nacemos, vamos a la escuela, aprendemos todo lo que se necesita y poco a poco vamos experimentando cómo se resuelven los problemas de la vida.

Probamos un método o sistema, y si funciona, lo adoptamos para el resto de nuestros días. Quizá con algo de tiempo podemos modificar lo aprendido para ser más eficientes pero, ¿cuántos de nosotros estamos realmente interesados en cambiar los sistemas aprendidos?

La triste realidad es que muy pocas personas están dispuestas a salir de la comodidad para modificar lo que ya funciona. ¿Para qué esforzarse?

Algunos psicólogos llaman a esto el efecto ancla, que es cuando descubrimos algo que funciona o un valor y nos abrazamos a él. Esto afecta por completo nuestra toma de decisiones y evita que abramos la mente a nuevos valores o acciones.

 

Esto es lo que nos hace pedir lo mismo cada vez que salimos a comer, lo que nos hace comprar la misma marca de champú. Es muy cómodo porque cancela el esfuerzo de probar cosas nuevas.

Uno de los factores que más disfruto de la vida es la asombrosa capacidad que tenemos para cambiar el medio ambiente. De hecho, uno de los motores más grandes para el crecimiento humano es la incomodidad.

Si hay algo que no nos gusta, luchamos por cambiarlo a como de lugar. Pero cuando las cosas ya están bien, regresamos a la comodidad y la búsqueda termina.

ACLARO: No tiene nada de malo aceptar las cosas como son. La aceptación es un valor budista importantísimo y necesitamos cultivarlo diario. Ésto no significa que debamos rendirnos y esperar la muerte. No. Se trata de reconocer el estado actual de las cosas y usarlo como cimiento para construir una mejorar vida para el beneficio propio y de las personas que nos rodean.

Y aquí es donde entra el impulso creativo humano.

La creatividad es la habilidad de buscar soluciones inteligentes e innovadoras para un problema dado.

Ya sea un proyecto artístico, matemático, culinario o de placer, la creatividad es una expresión natural para nosotros.

Claro que esto todo mundo lo sabe. Admiramos a las personas creativas y todo el tiempo estamos consumiendo ideas que producen otros.

Si es tan importante y tan humana, ¿entonces porqué evitamos ser creativos?

Por ego.

El ego, siempre gordo y amante de la comodidad, es el que nos impulsa a sentarnos quietos sin cambiar las cosas. Es el que nos hace sentir bien con lo establecido y evita todo tipo de esfuerzo para mejorar. Si no ponemos atención al ego y lo controlamos, nos volvemos apáticos y veremos a los creativos como enemigos.

La apatía es una fuerza negativa devastadora porque mata la creatividad; lo cual nos estanca y corta todo tipo de crecimiento personal.

¿Cómo hacer que fluya la creatividad? Existen muchos métodos, pero comparto sólo algunos que me han funcionado:

  • Practicar meditación todos los días
  • Preguntar siempre: ¿hay una mejor manera de hacerlo?
  • Imaginar. Sí, imaginar una historia de cómo un super héroe resolvería el problema es divertido, pero también destapa los jugos creativos del cerebro
  • ¡Experimentar sin miedo!

El último punto será explicado con más detalle en próximos posts. Gracias a que perdí el miedo a la experimentación he hecho cambios importantes en cosas tan simples como afeitarme mejor. Suena tonto, pero ésto me ha generado ahorro y piel sin cicatrices.

¿Cómo aplicas la creatividad a tu vida cotidiana?