por Kyonin | Ago 17, 2012 | Budismo, Inspiración, Meditación, Vida, Zen
Para medir a un hombre sólo hay que darle un poco de dinero. Inmediatamente se comienza a mover.
La felicidad y la infelicidad no dependen únicamente del dinero. Si el balance de tu cuenta de ahorros fuera la medida de tu felicidad, todo sería muy simple. Y en realidad no lo es.
Sin dinero, las cosas se ponen difíciles. Sin embargo, deberías saber que hay cosas más importantes que el dinero. Constantemente piensas en sexo. Sin embargo, deberías saber que hay cosas más importantes que el sexo.
No vayas diciendo que necesitas acumular dinero para vivir. En este mundo puedes llevar una buena vida sin ahorros. Hasta los profesores eméritos están preocupados sólo en ganarse el pan del día.
Nada es más patético que alimentar tu ego con tu posición y salario.
«¡Trabaja, trabaja! Cuando trabajas obtienes dinero. Cuando tienes dinero, puedes relajarte y tener algo para comer.» Comparado con este pensamiento simplista, el marxismo es en verdad sofisticado.
Algunos piensan que son importantes porque tienen dinero. Otros piensan que son importantes porque creen comprender cómo funciona la vida. Pero no importa cuánto presumas ese saco de carne en el que vives, no dejarás de ser un demonio más. Porque todo eso que no te pertenece llena el universo completamente.
Cuando los pensamientos personales terminan, es cuando nace el buda-dharma.
En el mundo todo es ganar o perder, más o menos. Pero cuando meditamos, es sobre la nada. Meditar es bueno para nada.
Es por eso que zazen (meditar) es la más grandiosa e incluyente actividad que existe.
Dogen dice:
Las flores que enjoyan el cielo de mi corazón,
las ofrezco a los budas de los Tres Mundos.
Por Sawaki Kôdô Rôshi, de su libro Para ti
Traducido por Kyonin
por Kyonin | Jul 8, 2010 | Budismo, Vida

«La lógica claramente dicta que la necesidad de muchos es más grande que la necesidad de algunos o de uno.» Mr. Spock, Starfleet
No voy a repetir lo que se ha estado diciendo estas dos semanas sobre la tragedia en Monterrey. Es suficiente recordar que las lluvias desatadas por el huracán Alex destrozaron la ciudad.
Nuevo León ha probado ser un estado que sabe levantarse magistralmente y con la frente en alto, pero lo que me hace trizas el corazón es que muchas personas aprovechan la catástrofe y la desesperación para enriquecerse.
Sí, estoy hablando de los especuladores de agua. Agua, que es un derecho humano básico y que todo el planeta Tierra debería tener acceso a ella.
A pesar de que me gana el coraje y me molesta mucho, lo único que puedo pensar es en la pérdida de humanidad.
¿Qué clase de persona tienes que ser para no ver el dolor y la desesperación? ¿Qué pasa por tu mente para no ayudar sin importarte el dinero?
La ambición es un sentimiento tan poderoso que borra, de una sola pasada, a todo lo que nos vuelve humanos. Son personas que se aferran tanto al dinero que no pueden ver que hay necesidad, que existe un estado de emergencia en el que sólo tienes que responder para que los demás salgan adelante.
En fin, no voy a hablar mal de estas personas porque, en general, no hablo mal de la gente.
Lo único que digo es que deseo que las cosas les salgan siempre bien para que nunca tengan la necesidad de pedir agua.
Y les doy gracias. Sí, aunque sea paradójico, les agradezco mucho porque me recordaron la enseñanza de Los Tres Venenos que seducen la mente y generan mucha maldad.
Los Tres Venenos
En el budismo existe la convicción de que el sufrimiento viene de tres toxinas mega poderosas que distorsionan la realidad y que generan adicción. Justo por su nivel de toxicidad mental se llaman Los Tres Venenos, que siempre vienen juntos.
¿Recuerdan a Gollum, de El Señor de los Anillos? Él es el perfecto ejemplo.
1. Avaricia. Es un sentimiento de pasión en el que el apego a algo o a alguien se convierte en una carga para la mente. Siempre es acompañado por el deseo y la lujuria. Dejamos de vivir, de entender y de mejorarnos porque lo que nos mueve es una fuerza externa, como el dinero o el poder.
2. Ira. El enojo y la ira llegan cuando no podemos cubrir nuestra avaricia. Este sentimiento siempre saca lo peor de nosotros y hace que reaccionemos de una manera que afecta a todos, siendo uno mismo la principal víctima. La ira siempre dispara el odio y la aversión, que nos hacen rechazar lo que no complace al ego.
3. Ignorancia. Este sentimiento no se refiere al nivel de escolaridad, sino al hecho de ignorar la realidad. Es la base de la pirámide de los tres venenos y es el sentimiento más peligroso porque si lo cultivamos, generaremos avaricia e ira. La ignorancia nos cierra los ojos y pinta una realidad que nos conviene sólo a nosotros, nos hace creer que una necesidad personal está por encima de la necesidad de muchos.
Los Tres Venenos siempre funcionan al mismo tiempo y son tan seductores que llegan a ser adictivos.
Y quizá el tener más dinero por la especulación de agua y comida, llena un gran vacío y carencias, pero al final, el estar abrazados al dinero nos lleva al sufrimiento y al dolor.
Ok, estas personas hicieron dinero extra, pero ¿qué va a pasar cuando se termine la emergencia? Cualquier cantidad de dinero que hayan hecho, no durará para siempre.
Por el contrario, el sentimiento de tristeza, impotencia e injusticia que generaron, durará por muchos años en el corazón de los afectados.
Si me preguntan a mi, yo prefiero dormir tranquilo y pensar en mi próximo artículo, que ganar dinero aprovechando el dolor de los demás.
Pero ese sólo soy yo, un pequeño Choco Buda.