Contra todo lo que el inconsciente popular nos indique, la meditación no es mágica, no llama a los ángeles ni hadas, no nos pone en contacto con ningún dios, no es de pachecos o hippies, ni hace que fluya ningún tipo de energía esotérica.
Por desgracia existen muchas malas interpretaciones sobre esta disciplina y, para la desilusión de muchos, la meditación es un proceso mental en cual nos entrenamos para estar contentos con lo que somos, aceptar la realidad y renunciar a los apegos.
La práctica de la meditación es tan antigua como la civilización moderna ya que hay registros de que los sadhu (hombres de India dedicados a explorar sus mentes y renunciar al mundo material), meditaban desde hace más de 2,500 años.
Puesto en palabras rápidas, el proceso de meditar se da cuando uno se toma el tiempo de sentarse al menos 20 minutos en calma y con ojos cerrados, para enfocarse algo tan simple como la respiración.
Puede sonar absurdo y sencillo. «Enfocarse en la respiración lo puede hacer cualquier persona«, podrías pensar. Y sí, lo puede hacer cualquiera, pero tener éxito en ello es otra historia.
Meditar es una actividad en la que nos tomamos el tiempo para enfrentar al monstruo más grande de la humanidad: nosotros mismos.
Esto provoca miedo y angustia, pero es justo el motivo por el cual la meditación tiene tantos beneficios. Entre ellos se encuentran:
- Nos vuelve mejores personas
- Nos ayuda a comprender nuestro lugar en el universo
- Mejora la salud
- Nos da enfoque y mejora la concentración
- Elimina el drama innecesario que nos ha enseñado esta cultura
- Dejamos ir lo que nos hace daño
- Nos da la libertad de aceptar el mundo como es
- Nos enseña a entender que todo es impermanente
De verdad es impresionante lo que la meditación hace con la mente desde los primeros días de práctica.
En próximos artículos iremos exponiendo más sobre este tema, que en tiempos de fin de año y principio de uno nuevo, nos puede ayudar mucho a cumplir nuestras metas y arrancar con entereza.
Creo que da mucho como para armar un taller, ¿no?