Nuestra cultura de forzosa productividad nos obliga a estar activos todo el tiempo.
Desde que nos levantamos en la mañana hasta muy entrada la noche, estamos sujetos a una cantidad de actividades que, si las ponemos por escrito nos sorprendería ver el cúmulo de cosas que resolvemos en unas horas.
Esto no es precisamente malo porque es como funciona el mundo y es la manera en la que nos ganamos la vida prácticamente todos.
Nuestra capacidad humana de resolver, de comprender y de relacionarnos con el mundo es a través de la actividad social y el trabajo.
Sin embargo nunca parecemos tomar un respiro. Aun en los momentos de soledad buscamos algún factor de distracción y la consigna es tener la mente ocupada de tiempo completo.
Por eso cuando dormimos, en fin de semana, cuando salimos de vacaciones y cuando estamos en las situaciones más relajantes, nuestra mente sigue trabajando a toda capacidad y no descansamos.
Descansar es una industria de millones de dólares que te vende todo tipo de artefactos y servicios para que tu tiempo de relajación sea de calidad.
Sin embargo, aun necesitamos encontrar una campaña de publicidad, un servicio público que nos impulse al verdadero descanso: el silencio y la soledad.
Tal perecería que estas dos grandes palabras son los enemigos más grandes de la humanidad y se les ve con terror. «¿Comer solo? Nunca.«, he escuchado decir a muchos.
¿Porqué tenemos tanto miedo de estar solos? ¿Porqué nos aterra el pensar que, por un momento, nuestra mente no sea estimulada por la radio, televisión, videojuegos?
Las respuestas a esas preguntas todos las traemos por dentro y no existe una que aplique para todos, pero lo que sí es común es que las personas tenemos miedo del silencio porque eso hace que nuestra mente se enfoque hacia adentro, a arreglar y procesar la información que tiene pendiente porque siempre la tenemos bombardeada por estímulos.
En suma, no queremos estar solos y en silencio.
Pero la verdad es que el verdadero descanso llega al pasar tiempo con nosotros mismos y darle descanso a la mente.
Para efectos ilustrativos, lo pongo de esta forma.
Descansar en una playa, 4 días y 3 noches, todo pagado: US$600.00
Descansar en la inmensidad del espacio, dando silencio y reposo a la mente con sólo 20 minutos de meditación al día: Gratis y siempre está abierto.
Encontrar el tiempo para nosotros mismos, no para distraernos y entretenernos, es cuando realmente podemos descansar y terminar con el caos de la vida productiva.
Y todo esto es una de las actividades minimalistas por excelencia.
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Muy pronto podrán comenzar a meditar con el Choco Buda. Estén pendientes.