En el artículo ¡Insurrección! Cuestiona tus valores familiares, mencioné la importancia de nunca dar las cosas por hecho y de jamás permitirnos sentir demasiado cómodos con nuestros valores, ética y manera de resolver problemas.
Esto es porque el verdadero espíritu humano, el que logra cambios, el que descubre tierras inexploradas y el que nos hace lanzar estaciones espaciales; nunca descansa y siempre está buscando mejorar.
Lo que nos impulsa a ser mejores comienza con la pregunta ¿Por qué tiene que ser así?
Pero para que este cuestionamiento sea valioso y se convierta en la semilla del cambio, debe abrir un periodo de investigación y de experimentación. Con un simple método de prueba y error podemos encontrar lo que buscamos.
Como ejemplo me usaré a mi mismo.
En las últimas semanas he estado cuestionando mucho mi forma de trabajo, de pensar, de perder el tiempo y de cumplir lo que necesito hacer. El resultado es que no estoy donde quiero estar y necesito cambiar mi sistema de producción.
Acto seguido, tomé algún tiempo para listar lo que me hace feliz, todo lo que hago y cómo lo hago. Puse todo en papel porque es más fácil entender con listas y diagramas, es decir, visualmente.
Me di cuenta de todos los huecos en mi sistema y todos los hoyos negros que succionan mi tiempo y mi atención. Leí un par de libros al respecto y modifiqué mi método de producción diaria, que aún sigue en etapa experimental. Pronto comentaré el resultado.
Así como podemos experimentar con la productividad, podemos poner a prueba nuestra condición física, buscar qué alimentación es el adecuado, cómo relacionarnos mejor con las personas y hasta podemos encontrar un mejor sistema de filosofía y creencias. Esas son las buenas noticias.
Las malas noticias es que cuesta trabajo, disposición y energía para levantarnos de nuestro gran trasero, cuestionar y actuar.
Hacer un cambio de hábito es posible, siempre y cuando sepamos que hay esfuerzo de por medio y que no hay atajos ni seres mágicos que nos ayuden.
Para comenzar a experimentar, recomiendo seguir estos pasos:
- Cuestiona la realidad. ¿Hay una mejor forma de hacer esto? ¿Así tiene que ser? ¿Estoy cómodo con esta situación?
- Analiza cómo haces las cosas. En una libreta escriba listas y pasos de cómo resuelves los problemas. Mira todo desde arriba, con otra perspectiva. Así localizarás todo lo que falla y que puede mejorar.
- A documentarse. Lee libros, blogs, artículos y todo lo que encuentres sobre lo que quieres cambiar. Es muy posible que haya alguien que lo descubrió antes que tú y tienes mucho qué aprender.
- Crea el nuevo sistema. En papel escribe los nuevos pasos para resolver tu problema. IMPORTANTE: Tu nuevo sistema tiene que seguir las Reglas de la Experimentación marcadas abajo.
- Pon todo a prueba. Es hora de actuar. Usa todo el tiempo tu nuevo sistema. Revisa los resultados.
- Modifica si es necesario. ¿Hay cambios? ¿Terminaste trabajando más? Modifica o elimina lo que no funcione y regresa al paso 5.
- Comparte. Enseña a los demás tus hallazgos para que la humanidad se beneficie. Sé generoso.
Por supuesto, los siete pasos anteriores no son obligatorios. ¿Estás cuestionando mi sistema de experimentación? ¡Modifícalo a tu conveniencia!
A lo largo de los años he escuchado a muchas personas que se escudan en la experimentación para hacer cosas irresponsables y nocivas. Usa tu sentido común. Si vas a conducir un experimento en ti mismo, sé responsable y sigue estas reglas.
Reglas de la Experimentación
- Que sea legal
- Que no dañe a nadie, ni a ti mismo
- Usa tu sentido común y lógica
Yo he estado experimentando con el ejercicio, alimentación, meditación, mis valores y hasta cómo cocino pasta. Ahora es tu turno. ¿Con qué estás experimentando actualmente?