Siempre te aferras a otros. Si alguien come papas fritas, también quieres papas fritas. Si alguien chupa un caramelo, también quieres caramelo. Si alguien sopla un silbato, gritas «¡Mamá, cómprame un silbato también!».
Y eso no sólo pasa en los niños.
Cuando llega la primavera, dejas que la primavera voltee tu cabeza. Cuando llega el otoño, dejas al otoño voltear tu cabeza. Todos están esperando a que algo los haga voltear. Algunos incluso viven de voltear cabezas: producen mercadotecnia y anuncios.
La gente adora la confusión emocional. Sólo hay que mirar los carteles de las películas en el cine: no hay nada más que confusión en los rostros que ahí aparecen. Buddha-dharma significa no ponerse a merced de la confusión emocional. Por otro lado, en el mundo, se hace revuelo por nada.
Se trata de ser una persona ordinaria. Esos sólo pueden ver con los ojos de la estupidez colectiva.
Estás rodeado de héroes y erradicas el valor para ser héroe tú mismo. No hay nada heroico en ello. Un ladrón de dice a su hijo: «Si no detienes esa maldita honestidad en este momento, nunca serás un ladrón respetable como yo. ¡Eres una desgracia para nuestra profesión!»
Un hombre pone cara de inteligente y habla de ser el Amo de la Tierra. Pero al mismo tiempo no sabe cuándo o cómo comenzar con su propio cuerpo. Mira deportes por la televisión y se defiende diciendo que todo mundo lo hace.
Vivimos en la estupidez de grupo y confundimos esta locura con la verdadera experiencia. Es esencial que te vuelvas transparente para ti mismo y que despiertes de la demencia.
Sentarse a meditar (zazen) significa abandonar a la manada y caminar con tus propios pies.
La gente es normal y soportable, pero cuando forman asociaciones con la manada, comienzan a ser estúpidos. Están tan empeñados en pertenecer a la estupidez de grupo que fundan clubes y pagan membresías.
Zazen significa abandonar la estupidez de grupo.
Por Sawaki Kôdô Rôshi, de su libro Para ti
Traducido por Kyonin