Vivir con lo mínimo indispensable es una de las bendiciones más grandes que jamás he recibido.
Los beneficios que el minimalista experimenta van desde libertad, tranquilidad, mayor satisfacción, mente más abierta, aceptación de las cosas como son y menos apegos. Por supuesto la cartera y las cuentas de banco reflejan muchos cambios positivos también.
A pesar de tener evidencias personales tangibles sobre todo esto, existen muchas personas que no entienden esta tendencia de vida. Lanzan críticas fuertes y he escuchado comentarios de todo tipo. Algunos de los más comunes son:
- No eres minimalista, eres pobre y con eso te justificas.
- Eres un conformista.
- Lo que pasa es que te abandonaste.
- Muchos etcéteras más.
Afirman que practicar el minimalismo es sólo para mediocres que no quieren un mejor auto o casa más grande. Quizá lo dicen porque no se imaginan su propia vida con menos chatarra. No lo sé.
Pero quizá el comentario más fuerte y digno de ser desmentido está en las líneas de: Si todos fueran minimalistas, la economía del mundo se iría a la ruina. Imagínate la cantidad de desempleados y negocios en quiebra.
Por alguna razón creen que el minimalismo pone en riesgo el estilo de vida capitalista que nos hemos forjado.
Yo creo que no. Es todo lo contrario.
Ser minimalista es una expresión de compasión y humanidad grandísima.
Reparamos, reciclamos y reutilizamos antes de comprar objetos nuevos. Esto da fuentes de trabajo a recicladores y técnicos de reparación, que no pertenecen a ninguna empresa global.
Por supuesto que compramos cosas, pero lo hacemos de manera informada y no nos enganchamos fácilmente en el canto de la sirena llamada mercadotecnia. Esto resulta en apoyo a los productores locales y en disminución de nuestro impacto al medio ambiente.
Reducimos los gastos innecesarios y aprendemos de finanzas personales. Los bancos y sistemas financieros se benefician de esto porque hay más dinero para mover.
Trabajamos de manera inteligente, resultando en más tiempo libre para las cosas que nos gusta hacer.
Apagamos la televisión y dedicamos tiempo al ser. Todos los minimalistas que conozco son lectores irremediables y muy creativos.Unos pitan, otros hacen música y muchos escriben. Practican meditación, yoga u otros deportes.
Así mismo, casi todos los minimalistas que conozco cuidan su alimentación y siempre buscan alternativas saludables.
Al cuidar el cuerpo-mente estamos listos para ser felices y hacer felices a los que nos rodean.
El minimalista sonríe más. ¿Y acaso este mundo enojado y tenso no requiere más personas felices?
Esta cita de SS el Dalai Lama ilustra muy bien estos puntos:
El planeta no necesita más personas exitosas. Lo que el planeta necesita desesperadamente son mas pacifistas, sanadores, restauradores, narradores y amantes de todo tipo. Necesita gente que viva bien en sus tierras. Necesita gente con valor moral y dispuestos a unirse a la lucha por hacer el mundo más habitable y humano. Estas cualidades no tienen nada que ver con el éxito como lo entiende nuestra cultura.
El minimalismo beneficia a la civilización y a la cultura humana. ¿Por qué no intentarlo?