En días pasados el sitio de BBC mundo, que es maravilloso por su contenido de interés general tipo revista, publicó un artículo llamado ¿Por qué meditar puede ser peligroso para tu salud?, por Jolyon Jenkins. Varios amigos, por diferentes vías, me apuntaron al reportaje y me pidieron comentarios.
Primero debo decir que disfruto lo que el el buen Jolyon escribe. Tiene puntos de vista que comparto, como este artículo sobre el juego Minecraft. Sin embargo, de vez en cuando cae en el mal periodismo científico para generar interés en los lectores, y lo entiendo. Todos necesitamos mover el hormiguero de vez en cuando. No creo que sea por mala intención, de ninguna manera. Habiendo sido yo mismo reportero para un par de medios, sé lo que es enfrentarse a un editor que obedece más al mercado que al periodismo en sí. Y cuando se trata de generar miedo para atraer lectores, los medios de difusión no se tocan el corazón.
Éste nuevo post sobre los peligros que la meditación trae a la salud, tiene varios problemas y omisiones que sin duda generan miedo y confusión para el lector.
Trataré de comentar y aclarar de manera breve lo que pienso, aunque es necesario recordar que puedo estar completamente equivocado. Si algo que escribo crea duda, por favor busca a alguien que sí sepa de lo que habla 🙂
La visión limitada del artículo
El artículo narra la mala experiencia de una chica en Francia, que al parecer es una muestra de que a muchas personas la meditación les causa crisis de ansiedad. Luego cita de forma muy general a un maestro de meditación y a un médico.
Creo que también faltó revisar otras fuentes, como maestros budistas que han consagrado su vida a enseñar meditación. Existen tradiciones milenarias que al día de hoy basan sus actividades en samadhi. Que yo sepa no han mandado a nadie al hospital y los alumnos se pueden contar por cientos de miles a través de los años. Y hay una razón poderosa que revisaré en un momento.
Mindfulness NO ES meditación budista o zazen
Este punto el más importante. En los últimos 20 años hemos visto cómo la práctica del mindfulness ha tomado por sorpresa a la sociedad occidental porque ofrece muchos beneficios.
Es un movimiento que nació en Estados Unidos cuando alguien vio que había buen negocio por explotar, pero como la cultura estadounidense es muy delicada aceptando conceptos religiosos extranjeros, decidieron cambiarle de nombre y quitarle toda la esencia budista o hindú.
El mindfulness nació como una versión light de la meditación budista vipassana. Como todo lo light, carece de sentido, no tiene contexto histórico y busca la recompensa inmediata. Encima de todo, eliminaron el conocimiento acumulado a lo largo de miles de años sobre el ego; conceptos eje como Compasión, Gratitud y Generosidad; borraron el dharma y todo rastro de psicología budista o yoga.
Sin estos elementos, la meditación se puede convertir en un monstruo inmanejable que genere más confusión y que amplifique el sufrimiento.
Hay cientos de escuelas y personas que enseñan mindfulness como una píldora mágica para el estrés, pero sin dharma y sin estudio de ética y moral, la técnica se convierte en simples ejercicios de respiración para sentir tranquilidad momentánea.
Gente cercana a mi lo practica y siguen siendo los mismos individuos llenos de ego y en busca de la gratificación personal, sin importar causar daño a los demás en el proceso. Eso sí, hacen su mindfulness con velitas e incienso todas las mañanas para estar listos y seguir abusando de lo que se pueda.
No dudo que existan muchos maestros éticos que sí estudien y se preocupen, pero mindulness no es meditación budista, y mucho menos zazen.
Falla de los maestros
La meditación budista y el zazen son ejercicios mentales súper extraños para la cultura occidental. Basamos nuestra civilización en poseer cosas y culpar al universo de nuestro sufrimiento; pero jamás miramos hacia adentro. Guardar silencio para contemplar los pensamientos causará angustia porque no estamos acostumbrados a ver lo que tenemos en la mente. Cualquier monje budista o yogui serio lo sabe.
Las personas que tienen contacto por primera vez con esta disciplina deben comenzar con tiempos tan bajos como 30 segundos o 1 minuto, para construir una práctica sólida a lo largo de varios años. Hablando personalmente, me tomó casi 20 años de práctica poder asistir a retiros (sesshin) de 10 días y disfrutarlos.
Es absolutamente irresponsable admitir a alguien a un retiro de silencio si no lleva muchos años de práctica. En el artículo no sabemos cómo estaba la práctica de Suzanne, solo nos refiere a la desgracia.
Creo que los maestros llevan la responsabilidad de conducir por buen camino la práctica del alumno.
Por otro lado, la psicología budista es un concepto que se le subestima y es poco comprendido en occidente (¿Cómo que el ego es solo una ilusión? ¿Cómo que los pensamientos son moco secretado por la mente de simio? ¿Cómo que mi corazón roto no es realidad, si estoy sufriendo porque Wenceslao me dejó?).
Si un maestro de mindfulness no pasa tiempo estudiando la visión hindú, taoísta o budista de la mente, no estará en capacidad de enseñar meditación de forma exitosa y duradera.
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¿Pero Chocobuda, tienes un taller de mindfulness para creativos?
Sí, eso es correcto. Omoi es un curso de mindfulness y meditación para creativos. Hago la distinción fuerte entre ambos conceptos. El mindfulness es una aspirina para la tensión. La meditación es una práctica para toda la vida.
El artículo de Jolyon Jenkins tiene un gran punto positivo: avisa a la gente que la meditación existe. Entre más personas lo practiquen, será un mundo mejor porque habrá menos estrés y contento por lo sencillo de la vida.
La meditación budista y el zazen son perfectamente seguros si el maestro sabe lo que está haciendo. Y por fortuna son muchos los monjes y maestros de yoga de las varias tradiciones que están bien entrenados y dispuestos a compartir su conocimiento con quien se acerque.
Finalmente, creo que también es responsabilidad del practicante investigar y leer un poco antes de comenzar, pero eso aplica para cualquier actividad nueva.