En la práctica Zen nos entrenamos y estudiamos para poder ver la vida a través de los ojos del Buda. Siempre estamos vigilantes de la calidad de nuestros pensamientos para evitar emitir juicios sobre cosas que no entendemos o que involucren toma de partido o división.
Por eso afirmamos que vida-muerte, noche-día, amor-odio; todos son caras de una sola cosa. Todos son Buda y se necesitan mutuamente.
Los conflictos son parte de la vida. Hacemos lo posible por evitarlos. Nos esforzamos para mantener la paz por en la mejor de nuestras capacidades. Pero al ser parte de la vida, el conflicto llegará. ¿Qué hacemos? En esta charla respondo a esta pregunta.