Para los practicantes de Soto Zen, el tiempo fluye de manera distinta. Nos entrenamos para que no sea una causa de infelicidad y arrancamos de nuestra experiencia la necesidad de tener prisa o urgencia.

En Shobogenzo, nuestro querido Maestro fundador, Dogen Zenji, nos enseña a ver el tiempo como algo que solo existe en este instante.

Y es que en la naturaleza no hay segundos ni años. Solo está este momento en donde se vive y no hay más. A un árbol no le importa el pasado y no siente ansiedad por el futuro. El árbol de este instante contiene todo el pasado y todo el material para seguir siendo árbol o leña en el futuro.

Entonces, el árbol es un tiempo-ser que únicamente puede habitar aquí y ahora. Es el universo completo, sin minutos y sin cortes.

Tú y yo somos tiempo-ser dentro del tiempo-ser que es el Buda.

Entonces, si lo miramos con ojos del Sotos Zen, desear un buen año, aunque lindo, es un poco inútil. Nada de malo tener buenos deseos para los demás, pero ¿para qué quiero que tengas un buen año? ¡Lo que quiero es que tengas un buen aquí y ahora!

El Buda, los Patriarcas del Zen y los maestros contemporáneos nos invitan a pensar en que el único momento, nuestro verdadero hogar, es aquí y ahora.

Por eso, este año, con todo el corazón te deseo:

Feliz este momento

Feliz este instante.

Feliz este segundo en el que estás viviendo.

Feliz esta oportunidad para surgir del loto.

Feliz esta dificultad por la que estás pasando.

Feliz regreso a casa, este instante.

Feliz estancia en casa, tu casa; este momento.

Hoy tienes la oportunidad preciosa de renacer un día más. Y mañana volverás a nacer para intentarlo de nuevo. Pasado mañana también nacerás de nuevo.

No tienes que esperar al nuevo año para aprovechar lo que está en tus manos: la oportunidad para hacer las cosas bien y con compasión.

Feliz este momento.

Foto: Ana Madrigal.