
Continuamos hablando sobre la Rueda de la Vida. En los dos posts anteriores hablamos de los Seis Mundos que creamos en la práctica budista. No se trata de cielos o infiernos que lleguen luego de morir, sino el resultado directo de nuestras acciones Parte 1 y Parte 2. Ahora seguimos con el círculo que rodea a los mundos. Se trata de la Cadena del Origen Dependiente.
El Origen Dependiente es una de las enseñanzas más profundas y prácticas del budismo Mahayana y particularmente relevante en la tradición Soto Zen. Comprender esta enseñanza no solo nos ayuda a ver claramente cómo surge el sufrimiento, sino que también nos ofrece herramientas prácticas para liberarnos del mismo.
Aunque en el pasado ya hemos tocado este tema, hoy quiero explorar los Doce Eslabones del Origen Dependiente desde una perspectiva más práctica.
¿Qué es exactamente el Origen Dependiente?
El Origen Dependiente o Pratityasamutpada, en sánscrito, nos enseña que todo fenómeno existe debido a causas y condiciones específicas. Nada en el universo existe por sí solo. Nada surge de la nada y nada es aleatorio; todo está interconectado. Esto significa que nuestra vida actual, nuestras experiencias emocionales, pensamientos y acciones están intrínsecamente relacionadas con factores previos.
Comprender profundamente el Origen Dependiente implica entender cómo surgen y cesan tanto el sufrimiento como la felicidad. Esta es la esencia misma del budismo Zen, enfocada en observar directamente nuestra mente y vida cotidiana.
Los Doce Eslabones del Origen Dependiente y su significado en el Zen
Para llevar esta enseñanza a la práctica cotidiana del Zen, necesitamos primero conocer claramente cuáles son los Doce Eslabones del Origen Dependiente:
1. Ignorancia (avidya)
Está representada por la imagen de un ciego abriéndose paso con su bastón. Es el primer eslabón y la raíz del sufrimiento. Para el Zen, la ignorancia no es falta de conocimiento intelectual, sino la incapacidad de reconocer nuestra verdadera naturaleza de interconexión y vacuidad.
2. Formaciones mentales (samskara)
Se representan como un alfarero moldeando vasijas, simbolizando cómo la mente crea patrones o hábitos surgidos de la ignorancia que condicionan nuestro comportamiento. En la práctica Zen, al sentarnos en Zazen, comenzamos a observar cómo estos patrones surgen y desaparecen.
3. Conciencia (vijnana)
Está representada por un mono saltando de rama en rama, simbolizando la mente condicionada que nace de las formaciones mentales. En la práctica Zen nos entrenamos para observar la mente sin identificarnos con ella, simplemente la contemplamos en meditación.
4. Nombre y forma (nama-rupa)
Se simbolizan con una barca y su tripulación, representando el cuerpo y la mente en unión, manifestaciones del ser condicionado. En la vida cotidiana, la práctica Zen nos lleva a experimentar directamente esta relación cuerpo-mente con plena atención.
5. Seis bases sensoriales (shadayatana)
Son representadas por una casa con seis ventanas, simbolizando las puertas sensoriales (ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente). El Zen enfatiza observar cómo interactuamos con el mundo mediante estas puertas, manteniéndonos presentes y atentos. Así es como podemos llegar a no tomar demasiado en serio nuestros juicios que provienen de las sensaciones corporales.
6. Contacto (sparsha)
Está representado por una pareja abrazándose, indicando la interacción directa de los sentidos con objetos externos. En el Zen, cultivamos la atención plena al contacto sensorial, evitando reaccionar automáticamente.
7. Sensación (vedana)
Se representa con una flecha atravesando un ojo, simbolizando el sentimiento o impresión resultante del contacto sensorial (agradable, desagradable o neutro). En la práctica Zen, aprender a observar sin apego ni rechazo estas sensaciones es clave para no generar sufrimiento adicional.
8. Deseo (trishna)
Está representado por una persona bebiendo alcohol, simbolizando el apego o aversión hacia las sensaciones, que surge de nuestras preferencias personales. El Soto Zen nos enseña a reconocer el deseo, observarlo claramente y no aferrarnos a él.
9. Apego (upadana)
Se simboliza por un mono recogiendo frutos, mostrando cómo el deseo intensificado lleva a identificarnos fuertemente con nuestras experiencias. En el Soto Zen, el desapego se practica a través de Shikantaza, permitiendo que las experiencias fluyan sin aferrarnos a ellas.
10. Existencia (bhava)
Es representado por una mujer embarazada, indicando el estado de ser resultante del apego. Aquí, el Zen nos enseña a comprender cómo nuestras decisiones condicionadas crean el tipo de vida que experimentamos actualmente.
11. Nacimiento (jati)
Se simboliza con una mujer dando a luz, representando el surgir de una nueva experiencia condicionada. En nuestra práctica Zen, observamos cómo constantemente experimentamos el «nacimiento» de nuevas situaciones o estados mentales.
12. Vejez y muerte (jara-marana)
Está representado por un anciano llevando un cadáver, indicando la impermanencia de todas las cosas. Para el Zen, abrazar plenamente esta impermanencia nos libera del temor y sufrimiento.
Cómo usar la enseñanza del Origen Dependiente en la vida diaria
El Origen Dependiente no es solo teoría; es una herramienta poderosa para transformar nuestra vida cotidiana mediante la práctica Zen. Comparto algunos consejos prácticos:
Observar la cadena del Origen Dependiente en acción
En tu día a día, practica reconocer cómo aparece esta cadena. Por ejemplo, cuando experimentes frustración o enojo, intenta identificar los eslabones implicados: quizás el contacto (algo que escuchaste), la sensación (desagradable), la aversión (rechazo), y así sucesivamente. Este reconocimiento interrumpe la reacción automática.
Practicar Zazen para nuevas perspectivas
Shikantaza es fundamental para entender el Origen Dependiente. En Zazen, al sentarnos quietamente, observamos cómo surgen y cesan pensamientos, sensaciones y emociones. Esto nos permite tomar conciencia profunda de nuestra mente condicionada y soltar nuestros apegos.
Aplicar atención plena en lo cotidiano
La atención plena por la que vivimos en el Zen no se limita al cojín de meditación. Durante el día, practica conscientemente estar presente en cada acción, observando los sentidos y la mente. Esto te ayudará a ver claramente cómo opera el Origen Dependiente y cómo generar menos sufrimiento y más paz.
Para saber más sobre la Rueda de la Vida y los Eslabones de la Cadena del Origen Dependiente, nuestro próximo curso es para ti. Informes e inscripciones.
«Cuando conoces el Origen Dependiente, conoces el Dharma; quien conoce el Dharma conoce al Buda».