El 6 de enero de 2011 escribí un artículo sobre el porqué no necesito Internet en el celular. Dí las razones que me llevaron a cancelar mi BlackBerry y el porqué considero que tener conexión móvil es una necesidad implantada por la mercadotecnia.
Desde la publicación de este texto, que tocó las más intimas fibras de los fans de los gadgets y del iOS, han pasado muchas cosas y he tenido poco más de 365 días para familiarizarme con mi (ahora pasado de moda) Samsung Tocco. Y debo decir que el aprendizaje ha sido enorme.
Ya sé que mi experiencia personal no implica afirmar que todo un mercado de billones de dólares esté mal o que los móviles conectados deban desaparecer. Todo lo contrario. La conexión móvil es el futuro y hay que ser parte de ella si nuestro trabajo o crecimiento personal así lo piden. El problema es que muchos nos subimos sin pensar y demasiado rápido al tren de la publicidad y me parece que requerimos mucha educación para poder hacer un uso racional del medio.
Es importante mencionar también que no estoy en contra del hardware. Los smartphones son maravillas tecnológicas que nos hacen la vida mucho más fácil, tan sólo porque un dispositivo evita que portemos 4 o 5 aparatos extras. Son los gadgets minimalistas por excelencia.
El análisis
Con esto en mente, el año pasado hice un análisis muy fuerte de mi uso de telefonía móvil y me percaté de que, en un buen mes, ¡hacía cerca de 3 o 4 llamadas! Todas las demás comunicaciones eran entrantes… cuando los clientes no me mandaban correo electrónico.
Los mensajes de texto los reduje al mínimo porque ahora tenemos Twitter, Facebook; siendo Gmail mi herramienta de trabajo principal.
Esto significó que, por un lado, ya no estaba haciendo llamadas y, por el otro, toda mi comunicación la estaba llevando en mi computadora de escritorio.
El resultado
El plan de datos salió volando y, obvio, también un plan de llamadas que no iba a utilizar.
Desde entonces me hice feliz usuario del prepago y mi gasto de móvil cambió radicalmente: sólo pagué MX$300 /€17.17 /US$21.81 en todo el año.
Leíste bien. En un año de servicio de telefonía móvil sólo pagué MX$300. Trescientos pesos. En un año. ¿No es asombroso?
Ah, y no gasté un sólo centavo en apps.
El aprendizaje
Luego de todo este tiempo pude cuestionar y pensar en la mercadotecnia, el comportamiento humano en torno a los móviles, los hábitos de uso y compra, y cómo afectan nuestra vida.
Estos son algunos pensamientos que vienen a la mente:
- La mercadotecnia de los smartphones es engañosa e indica que tu calidad de vida y posición social mejorará con uno. Esto es falso. No te enganches en la publicidad.
- A menos que tu sustento o la vida de alguien dependa de ello, la conexión móvil no es necesaria.
- El mejor GPS es detenerte y preguntar a cualquier persona… a menos que estés navegando en tu yate y no tengas puntos visuales de navegación. Pero seamos honestos… ¿cuántos de nosotros tenemos yate?
- No importa qué tan importante sea el mensaje que estás esperando, lo más seguro es que puedas tomar acción al respecto hasta que estés en la oficina o sentado frente a tu computadora. En realidad esto invalida toda la mensajería móvil.
- No importa qué tan importante sea el mensaje que acaba de llegar, siempre es más importante la persona que tienes en frente y con la que estás hablando. Respeta a las personas con las que hablas y no atiendas el teléfono frente a ellas.
- Un argumento de ventas clásico es: necesitas el plan de llamadas por si tienes alguna emergencia. Éstas suceden con plan de llamadas o sin él, así que no dejes que esto afecte tu juicio.
- El móvil conectado te permite descargar juegos para que estés entretenido en juntas aburridas y en la fila del banco. Siempre es mejor un libro, mismo que puedes llevar dentro del smartphone, en formato electrónico.
- Es muy triste ver cómo hay personas que no pueden despegar la vista de la pantalla del teléfono. No seas un zombie más.
- ¿Necesitas pagar Internet móvil para mandar fotos de tu comida, los lugares en los que estás actualmente o tus quejas del lugar de trabajo? No.
Y bueno, hay mucho más que puedo decir al respecto, pero es tu turno de hacer la tarea: siendo brutalmente honestos, ¿tener conexión en el teléfono es de vida o muerte? ¿Podrías prescindir de ella si sólo la usas para poner fotos de comida en Twitter? ¿Podrías dar un mejor uso a esa fuga de dinero?