Con mucha tristeza veo que regresa el Buen Fin.
Este será un evento que durante un fin de semana largo, al final de noviembre, unirá a comerciantes para ofrecer descuentos en todo tipo de mercancía. Con esto, las instancias que manejan el destino económico de mi país esperan reactivar la economía y, por algún artilugio mágico, evitar el desempleo.
Básicamente lo que se busca es replicar todo el modelo del Black Friday, la agresiva y humillante venta especial que inaugura la temporada de compras en Estados Unidos; pero orientada a México. Para más información, ver este video.
Y es ahí donde tengo muchos problemas. Mi país está pasando por un período oscuro y doloroso en la historia. Aun no nos recuperamos de la vergüenza de haber aceptado a un presidente impuesto, la pobreza, el desempleo y la violencia están más fuertes que nunca y, en mi pequeña mente, hay problemas mucho más complejos que debemos resolver antes de copiar estructuras culturales que dañan más de lo que podrían sanar a una nación en fragmentos.
Todo esto me recuerda al 11 de septiembre de 2001, cuando los aviones se estrellaron contra el WTC de Nueva York. El presidente George Bush le dijo a su país que Estados Unidos estaba bajo ataque, pero que la gente debía seguir comprando.
De inmediato mi mente preguntó: ¿En serio? ¿Estás bajo ataque, murieron miles de personas y lo más brillante que se te ocurre es pedir que la gente gaste dinero en cosas que no necesita?
Mi presidente está al mismo nivel en este momento. Tenemos una población que vive con miedo, hambre y con muy poco dinero. ¿Lo más brillante que viene a la mente es comprar más y hacer más ricos a los que no necesitan más dinero?
En algún lugar de la red leí esto:
Las cosas se hicieron para usar y las personas para amar. Pero en algún lugar del camino las cosas se voltearon. Las personas son usadas y las cosas son amadas.
Comprar artículos que no se necesitan,por el hecho de estar en oferta, no nos vuelve mejores personas.
Educación, cultura, amor, ser compasivos y respetuosos, son los valores que sacan a una nación adelante; no las compras sin sentido que promueven el comercio no sustentable.
Para mi un Buen Fin no lleva precios en oferta ni compras sin cerebro. Un buen fin es el que te permite estar tranquilo, en paz y disfrutando de tu vida. Y para eso no se necesita gastar mucho.
En la siguiente entrega: Ideas para tener un Buen Fin gastando lo menos posible.