He estado pensando que el Chocobuda es un blog fácil. Intento plasmar lo poquito que sé del dharma, algunos pensamientos personales y mis aventuras en el entrenamiento zen. De vez en cuando armo algún taller, más por amor al dharma que por cualquier otra cosa.
Pero hasta el día de hoy todo sigue un ciclo muy fácil:
Leer -> Olvidar
Todos hacemos esto con revistas o blogs que nos gustan. Ni siquiera nos tomamos el tiempo para agradecer al autor. Entramos, leemos, olvidamos. Y el trabajo del autor se pierde en el océano de información que es la Red.
No está mal, para nada. Es el ritmo de los tiempo y no es diferente a cómo se leían las publicaciones en los 60’s, por ejemplo.
Así que mientras corría esta mañana pensé que sería interesante lanzar retos de vez en cuando. Tareas simples que nos funcionen a todos para entender un poco más este gran viaje llamado vida.
El primer experimento vino a la mente porque siento que a veces perdemos demasiado tiempo quejándonos de lo que sea. El clima, el gobierno, la pareja, el trabajo, la comida, nuestro cuerpo… Todo es objeto de quejas, pero somos tan cobardes que casi nunca proponemos soluciones o tomamos acciones.
Pero la realidad es que quejarse es un veneno que poco a poco va matando al alma. Es tan poderoso que luego de algún tiempo nuestra relación con el universo es horrible. Vemos todo con un velo de negatividad que afecta en directo nuestro bienestar.
Se nos van los días quejándonos hasta de que la mosca vuele. Lo hacemos un estilo de vida. Y como toooooodo mundo se queja, pues es muy sencillo entrar en esta dinámica.
¿Te has dado cuenta cómo hay personas con las que hablas que todo lo que dicen son quejas? ¿Eres de ese grupo?
La queja es la herramienta que usamos para gritar que la vida es vacía e insatisfactoria, que tenemos muchos apegos que no podemos soltar. Y que somos infelices por lo que sea.
Entonces lanzo la pregunta: ¿qué pasaría si te dejaras de quejar por 1 día?
No pienso decir mi experiencia personal. Eso lo pongo en tus manos.
Cómo practicar este experimento:
- Comenzando desde temprano en la mañana, hazte el propósito de no quejarte y que pondrás atención a tus palabras.
- Cuando encuentres algo que no te gusta, piensa que la vida no está para obedecerte. El tráfico está ahí y punto. Tu jefe no es la persona más hábil y así son las cosas. Así aprendemos a aceptar la vida como es.
- Piensa en 3 acciones inmediatas que puedas ejecutar para hacerte sentir bien y realiza una de ellas. Llama a algún amigo o familiar. Ve por un café o té. Sal a caminar. Canta una canción. Con esto aprendemos a proponer y a regresar el buen humor.
- Enfócate en lo que tengas que hacer. No quejarse da amplitud mental para concentrarse mejor. Antes de que te des cuenta el malestar habrá pasado.
Con esto no quiero decir que dejaremos a los demás pasar por encima de nosotros. No, para nada. No quejarse es evitar que la negatividad nuble nuestro juicio y envenene nuestras relaciones personales.
No quejarse es aceptar las cosas como son, que es el cimiento para una vida más rica e inteligente.
No quejarse nos da la libertad de proponer y construir.
Si aceptas el reto, eres libre de compartir tus experiencias en los comentarios.