El Buda dejó como legado una verdad fundamental de nuestra existencia: dukkha es parte de la naturaleza humana.

Cuando nos dejamos envolver en nuestras expectativas, deseos, opiniones, divisiones en bandos y cuando no se cumplen nuestros caprichos; la frustración y desilusión son abrumadoras.

Rechazar activamente las fuerzas dinámicas de la vida como la vejez, la enfermedad, el clima, la muerte o las despedidas; nos causa un nivel de insatisfacción que puede volvernos amargos o violentos.

Todo ello confirma la Primera Noble Verdad. Dukkha es real para todos los seres con ego; sin importar quién seas o cuál sea tu posición social.

Esto viene porque hablando diferentes personas he escuchado afirmaciones como:

Es mejor sufrir en un Ferrari, que sentado en la tierra.

Esa persona no sufre porque tiene dinero para pagar sus cuentas de hospital.

No es lo mismo sufrir la muerte de un ser querido, que por un automóvil descompuesto.

En el Budismo Zen no creemos que exista una escala de sufrimiento. Dukkha es dukkha. Todos los seres sintientes lo experimentamos tarde que temprano, porque los Tres Venenos de la Mente toman el control con mucha frecuencia. Son un sistema que nos destruye desde adentro hacia afuera.

Vivir en la Ignorancia de que nuestras acciones tienen consecuencias y que todo se rige con la Ley de Causa y Efecto; nos llena de frustración. Al ver que la vida no es como imaginamos; nuestros miedos y dukkha se convierten en Ira. Ésta nos vuelve personas peligrosas que causan daño. Cuando Ignorancia e Ira están en nuestro corazón, la Avaricia encuentra terreno fértil, porque es la única forma que conocemos para calmar el hueco existencial.

Compramos todo, consumimos todo y lo queremos aquí y ahora. Pero entre más deseamos, más infelices somos.

Una característica de la vida humana, es que somos seres que pueden despertar a la conciencia. Tenemos el potencial para ver la vida justo como es; y realizar el hecho de que nuestras opiniones, urgencias y juicios no significan nada. Absolutamente nada. Es posible vivir en paz con el hecho de que dukkha es real y tener una existencia en equilibrio.

Y para eso existe la práctica Zen. Cuando estudias Budismo Zen, comienzas a ver a los demás seres vivos (¡de cualquier especie!) como hermanos. Formas comunidad con el universo y con el flujo dinámico e interminable de la vida.

Estando en inmovilidad y silencio abrimos el corazón para ver que el sufrimiento es una constante y surge en nosotros la energía para ayudar a todos los seres.

Dukkha es dukkan, sin importar quien seas.

Pero Bodhi (liberación) es bodhi, y tú también tienes el potencial para experimentarlo.