En algún momento de la vida, todos hemos odiado nuestro trabajo. Nos quejamos hasta el infinito y no hay nada que nos haga felices. Esta es una condición normal del ser humano cuando el ego se sale de control y solo piensa en el beneficio personal.
¿Pero qué tal si existiera una manera de apreciar el trabajo, más allá de la negación y el rechazo? ¿Sería posible vivir en paz en el trabajo?
El Buda nos dejó la enseñanza de la Forma de Vida Correcta, parte del Noble Sendero Óctuple. Shakyamuni nos recuerda que debemos llevar pan a la mesa de manera honesta y ética; pero también que sí podemos vivir con gratitud y paz con lo que hay.