Los humanos somos simios muy curiosos. Cuando todo sale perfecto y se acomoda con el ego, no vemos nunca los potenciales problemas ni omisiones de nuestros actos.
Por ejemplo, el hecho de que haya comida disponible en mi nevera me hace sentir que todo marcha en orden, pero no puedo ver que muchos de mis alimentos provocan la muerte de millones de seres vivos y la destrucción completa de ecosistemas.
Si falta alimento en la nevera, entonces paso por la peor de las calamidades, busco poner culpa al gobierno, a los demás y la paso muy mal, quejándome hasta el infinito y más allá.
A pesar de las dificultades, la vida antes de la pandemia había sido buena y complaciente. Habíamos olvidado lo que era vivir el ataque de un virus, a pesar de que muchísimas veces en la historia hemos pasado por cosas peores. Pero justo porque olvidamos y no leemos ni ciencia ni historia, pensamos que esto es una «desgracia».
Una persona me escribió esto:
Choco, ¿qué hacer? ¿cómo sobre llevar estos tiempos tan difíciles?
Saber de tanta gente cercana que se va y otros más que sufren por estar enfermos o por tener algún familiar enfermo. Cada vez es gente conocida, amigos de toda la vida que no alcanzamos ni a despedirnos.
Chocobuda, ¿cómo afrontar esta desgracia?
Perdón, pero no veo cómo.
Mi respuesta fue:
Gracias por escribir, pero has venido con la persona menos indicada. Lo que tengo que decir no te va a gustar.
Primero que nada, puedo ver que no tienes una práctica espiritual estable. Por eso la sensación de caos y vacío. Por favor regresa a la meditación y busca una vía espiritual que te funcione. Si es Budismo Zen, pues ¡bienvenido!
En segundo lugar, sentir la epidemia como una desgracia obedece a que no has hecho tu tarea y no has leído ni historia ni ciencia. Las epidemias son fuerzas necesarias de la vida para equilibrar la vida misma. Sucede en todas las especies de plantas y animales. Esta epidemia es solo una más de las que ha habido y de las que habrá. Pero nuestra soberbia humana hace que todo se expanda porque no se acomoda con nuestro ego.
La práctica Zen nos permite entender todo esto para estar en paz. Sí, aún con la muerte de los seres queridos o la propia.
Qué hacer? Aceptar que la vida y la salud son impermanentes, por lo que cada segundo en esta vida es precioso.No, la epidemia no es una desgracia, por más caos y dolor que vivamos. Es solo la Perla Brillante siendo brillante. Nada más, nada menos.
Entenderlo así, hara que nuestra carga sea más ligera y nos dará oportunidad de entender que lo único que nos puede sacar adelante, es la compasión.Aquí una charla sobre esto: