Si hace unos 10 años me hubieran dicho que haría un retiro de Zazen, rodeado de gente increíble en muchos países del mundo, hubiera dudado de su cordura.
Pero aquí estoy, con un corazón pleno porque, a pesar de la dificultad de un Sesshin, en este retiro no estuve solo ni un solo momento. La sangha me acompañó a lo largo de la jornada y, algunos de ustedes, estuvieron 100% del tiempo
Quiero agradecer de todo corazón a las personas que estuvieron conmigo durante este Sesshin. Como he mencionado, lo hago yo solo casi siempre porque Sesshin necesita ser difícil. Es así por diseño.
A diferencia de retiros en otras tradiciones espirituales, nosotros honramos a Dogen y a Bodhidharma. Solo nos sentamos en silencio, con valor, disciplina y trascendiendo el ego.
Pero algo mágico sucede. Luego de algunas horas de luchar contra el ego, comenzamos a sentir paz y unión con el universo. Las piernas duelen, claro… pero es un dolor que solo está flotando, no es de uno. La mente y el corazón son auténticamente libres.
Sesshin es sentarse inmóviles, quitándole a la mente todo tipo de juguetes. Solo así florece nuestro ser universal.
Nuestro siguiente retiro será el fin de Ango. Se llama Rohatsu y será en diciembre. Más información pronto.
De nuevo, gracias.