Advertencia: este post no es sobre Zazen ni budismo. Es sobre meditación en general, para principiantes.

Aunque en el Zen practicamos Zazen como el cimiento de nuestra espiritualidad, hay que reconocer que para nosotros occidentales, Zazen puede ser muy difícil. Por lo que algunos maestros ofrecen charlas y clases para principiantes, basados en la enseñanza de meditación general y el desarrollo de la atención plena.

Entonces de cuando en cuando, aquí en Chocobuda, comparto la práctica de meditación general para los recién llegados porque, en el mundo acelerado en el que vivimos, donde las demandas y distracciones son constantes, la práctica de la meditación y la atención plena se ha vuelto más importante que nunca.

Estas prácticas nos ofrecen un refugio, un espacio de calma en medio del caos, donde podemos cultivar la autocompasión, la claridad mental y la paz interior. Sin embargo, mantener la disciplina para meditar diariamente puede ser todo un desafío.

Y no, con solo 10 minutos de meditación al mes no vas a ver los resultados. Hay que meditar todos los días, al menos 20 minutos.

Meditar diario es una carta de amor de ti para ti

La meditación diaria es un acto de amor propio y autocompasión. Nos brinda la oportunidad de desconectar del mundo exterior y conectarnos con nuestro interior más profundo. A través de la práctica regular de la meditación, podemos desarrollar una relación más amable y compasiva con nosotros mismos. Nos permite observar nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos ni reaccionar ante ellos, lo que nos ayuda a cultivar compasión y la aceptación radical de quienes somos en este momento y del mundo que nos rodea.

Consejos prácticos para mantener la disciplina de la meditación y la atención plena

  1. Encuentra una filosofía para tu vida. La meditación sin una filosofía que la sustente se convierte en un instrumento vacío y peligroso. Busca de entre las muchas opciones que tenemos de filosofías que nos ayudan a construir la vida que queremos. Si lo tuyo es el estoicismo, el catolicismo, el surf o el tao, ¡adelante! Y si lo tuyo es el Zen, bienvenido a casa 🙂
  2. Establece un horario: Elige un momento del día que sea conveniente para ti y conviértelo en tu tiempo sagrado para la meditación. Puede ser por la mañana al despertar, durante la pausa del almuerzo o antes de acostarte.
  3. Crea un espacio propicio: Designa un lugar tranquilo y libre de distracciones donde puedas meditar. Puedes adornarlo con elementos inspiradores como velas, incienso o imágenes que te ayuden a entrar en un estado de calma y enfoque.
  4. Empieza con metas cortas y realistas: Comienza con sesiones cortas de meditación, incluso solo 5 o 10 minutos al día. A medida que vayas adquiriendo más práctica, puedes ir aumentando gradualmente la duración de tus sesiones.
  5. Encuentra un estilo de meditación que te resuene: Explora diferentes técnicas de meditación, como la atención plena, la meditación guiada o la meditación en movimiento. Encuentra la que te resulte más cómoda y efectiva para ti.
  6. Utiliza recordatorios visuales: Coloca notas o recordatorios visuales en lugares estratégicos, como en tu escritorio o en la pantalla de tu teléfono, para recordarte la importancia de la meditación diaria y mantener tu compromiso.
  7. Encuentra apoyo en una comunidad: Únete a grupos de meditación o busca comunidades en línea donde puedas compartir tu experiencia y recibir apoyo. La conexión con otros practicantes puede ser motivadora y enriquecedora.
  8. Experimenta con diferentes momentos del día: Si te resulta difícil mantener una rutina de meditación en un momento específico del día, prueba diferentes momentos y observa cuál te funciona mejor. Algunas personas encuentran que meditar antes de comenzar el día les brinda una sensación de calma y claridad mental.
  9. Incorpora la meditación en tu rutina diaria: Asocia la meditación con otra actividad diaria que ya realices, como cepillarte los dientes o tomar una taza de té. Esto te ayudará a recordar hacerlo de manera más consistente.
  10. Sé flexible y compasivo contigo mismo: Si un día te resulta difícil meditar o te saltas una sesión, no te castigues ni te juzgues. Recuerda que la práctica de la meditación es un proceso y cada sesión cuenta. Sé amable contigo mismo y retoma la práctica al día siguiente.
  11. Cultiva la motivación intrínseca: Recuerda constantemente por qué eliges meditar y cómo te beneficia. Conecta con tu intención más profunda y mantén viva la motivación intrínseca que te impulsa a seguir practicando la meditación y la atención plena.


Mantener la disciplina de la meditación y la atención plena requiere dedicación y compromiso, pero los beneficios que se obtienen valen la pena. A través de la meditación diaria, podemos cultivar la autocompasión, la claridad mental y la paz interior, permitiéndonos vivir de una manera más consciente y plena. Utiliza estos consejos prácticos como guía y recuerda que la práctica de la meditación es un viaje personal único.