Muchos de nosotros nos encendemos y estallamos como dinamita ante los insultos. El Buda tiene algo que enseñarnos al respecto.

El Akkosa Sutra habla sobre qué hacer cuando nos ofenden y cómo lograr tranquilidad.

Lo comparto el día de hoy. Espero nos sirva a muchos.

Esto he escuchado.

En una ocasión el Venerado por el Mundo caminaba por un bosque de bambú, cerca de donde las ardillas iban a comer. Entonces el hombre santo Akkosa Bharadvaja, el Abusivo, escuchó esto: “Se dice que aquel brahmán del clan de Bharadvaja ha renunciado a la vida con su familia para asumir el estilo de vida sin hogar bajo el asceta Gotama”. Acto seguido, enojado y disgustado, se acercó al Bienaventurado y, abusando de él, lo enfrentó con palabras duras y groseras.

Cuando terminó de hablar, el Venerado por el Mundo le dijo: “¿Qué me dices, hombre santo? ¿Tienes amigos y colegas, parientes cercanos y lejanos que vienen a visitarte?”.

“Algunas veces me vienen a visitar, maestro Gautama”.

“¿Entonces les ofreces algo de comida, almuerzo o algún bocado?”.

“A veces lo hago, maestro Gautama”.

“Pero y si ellos no aceptan tus ofrendas, entonces, ¿a quién le pertenece aquella comida?”.

“Si ellos no lo aceptan de mí, entonces la comida nos pertenece a nosotros”.

“De la misma manera, brahmán, nosotros—que no abusamos de nadie, que no regañamos a nadie, no despotricamos en contra de nadie— rehusamos aceptar de ti los abusos, los regaños y las invectivas que nos dejaste sueltas a nosotros, brahmán: esto aún te pertenece a ti, aún te pertenece, brahmán.

“Brahmán, alguien que abusa de su propio abusador, quien regaña al que le regaña a él, quien despotrica en contra de alguien por quien es despotricado—se dice de él que es alguien que comparte su comida, que entra en el intercambio—. Pero nosotros no compartimos tu comida, no entramos en el intercambio. Así que esto aún te pertenece a ti, aún te pertenece, brahmán”.

“El rey y su séquito entiende que el asceta Gotama es un arahant, pero aun así, el maestro Gotama se enfada”.

El Venerado por el Mundo dijo:

“¿Cómo puede surgir el enfado en alguien que es libre del enfado,
liberado mediante el conocimiento perfecto,
en uno Estable que mora en paz?

“Alguien que devuelve la ira con la ira
De este modo se perjudica peor a sí mismo.
No respondiendo con la ira a la ira,
Uno vence la batalla difícil de ganar.

“Uno practica por el bienestar de ambos
—El propio y el de los demás—
Cuando, sabiendo que su adversario está enojado,
Conscientemente atento, mantiene la paz.

“Cuando alcanza la cura de ambos
—La propia y la de los demás—
La gente que lo considera un tonto
No es calificada en el Dharma”.

Cuando se dijo esto, el brahmán Akkosa dijo al Bienaventurado: “¡Excelente, maestro Gautama! ¡Excelente, maestro Gautama! El maestro Gautama esclareció el Dharma de diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba oculto, mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la oscuridad, de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al maestro Gautama, al Dharma y al Sangha de los monjes. ¿Puedo recibir el renunciamiento bajo el maestro Gautama y recibir la plena ordenación?”.

Entonces, el brahmán Akkosa Bharadvaja recibió el renunciamiento bajo el Venerado por el Mundo y recibió la plena ordenación. Y pronto, no mucho después de su plena ordenación, morando en soledad, apartado, ardiente y resuelto, el Venerable Bharadvaja, al descubrirlo por sí mismo con el conocimiento directo, en esta presente vida entró y permaneció en aquella insuperable meta de la vida santa por la cual, correctamente, los hombres de clan renuncian a la vida de familia y asumen el estilo de vida sin hogar. Y conoció esto directamente: “Destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que tenía que hacerse ha sido hecho y, he aquí, no hay más futuros estados de existencia”. Y el Venerable Bharadvaja llegó a ser uno de los arahants.