Sandokai es un poema fundamental en la tradición Zen de todo el mundo. Fue escrito en el siglo VIII por el maestro Chan Shitou Xiqian (Sekito Kisen, en japonés). Su título se traduce como «La Identidad de lo Relativo y lo Absoluto». Habla sobre la relación entre la unidad y la multiplicidad, Ser Individual y Ser Universal; y de cómo debemos mantener la mente en equlibrio para que no se vaya a los extremos.

En el Zen moderno, especialmente en la escuela Soto, Sandokai ocupa un lugar especial. Es recitado diariamente en los templos Soto de todo el mundo.

Para Grupo Zen Ryokan es tan importante que, hace algún tiempo, dedicamos una serie de Zazenkai al respecto.

El poema enfatiza que, aunque las diferencias existen en el mundo que nos rodea, todas las cosas están intrínsecamente conectadas y son interdependientes. Desde una piedra, hata una galaxia completa, todo es Buda y nada puede ser sustraído o agregado a Buda. Es la mente humana la que crea las palabras y las divisiones.

Incorporar Sandkai a la práctica cotidiana puede ayudarnos a que, con el tiempo y la repetición, podamos tener una visión más profunda de la no dualidad y la interconexión de todas las cosas. Al recitar o reflexionar sobre sus versos, podemos cultivar una mayor conciencia de cómo las diferencias y las similitudes coexisten armoniosamente en nuestra vida diaria. Esta integración no solo enriquece nuestra vida espiritual, sino que también influye en cómo interactuamos con el mundo que nos rodea. Me gusta saber que nos da una perspectiva más equilibrada y compasiva.

Me di cuenta que nunca he compartido este texto completo aquí en el blog. Lo comparto y espero sea de utilidad.

La Identidad de lo Relativo y lo Absoluto, Sandokai

La mente del Gran Sabio de India fue íntimamente transmitida de Este a Oeste.
Entre los seres humanos hay hombres sabios y otros que lo son menos, pero en el camino no hay patriarca del Norte o del Sur.
La fuente sutil es clara y brillante, las corrientes marginales fluyen a través de la oscuridad.
Apegarse a las cosas es ilusión; encontrar lo absoluto no es todavía iluminación.
Todas y cada una de las esferas objetivas y subjetivas están relacionadas, al mismo tiempo son independientes.
Relacionadas, cada una en su trabajo, cada una en su lugar.
La forma hace cualidades y apariencias diferentes; el sonido distingue armonías y disonancias.
La oscuridad hace todas las palabras una, la brillantez distingue frases buenas y malas.
Los cuatro elementos regresan a su naturaleza como el niño a su madre.
El fuego es caliente, el viento se mueve; el agua es húmeda, la tierra es dura.
Ojos ven, oídos oyen, hay olores, hay lo salado y lo agrio.
Cada uno es independiente de otro; causa y efecto tienen que retornar a la gran realidad.
Las palabras alto y bajo son usadas relativamente.
En la luz hay oscuridad, pero no trates de entender esa oscuridad; en la oscuridad hay luz, pero no busques esa luz.
Luz y oscuridad son un par, como el pie de adelante y el de atrás al caminar.
Cada cosa tiene su propio valor en sí misma y está relacionada, a todo lo demás en función y posición.
La vida ordinaria encaja en lo absoluto como una caja y su tapa.
Lo absoluto trabaja junto con lo relativo, como dos flechas encontrándose en el aire.
Leyendo palabras deberías comprender la gran realidad.
No juzgues por ninguna norma.
Si no ves el camino, no lo ves aunque vayas caminando sobre él.
Cuando la caminas, la senda no está cerca, no está lejos.
Pero engañado, te encuentras montañas y ríos alejado de él.
Digo respetuosamente a quienes deseen ser iluminados:
No se aparten del presente, no desperdicien su tiempo de noche o de día.